Con seis años en la cartelera del Chacarerean Teatre -acogedora sala palermitana y refugio para los teatreros de raza- Un judío común y corriente se consolida como el gran unipersonal de Gerardo Romano (pese a que cierto público lo reconocerá por su destacada labor en Sexo, drogas y rock & roll y A corazón abierto) gracias a su demostrado talento en el escenario. El artista se hace de un material llamativo y lo dota de vida y polémica necesaria para reflexionar sobre la condición judía. Imperdible.
Emmanuel Goldfard es un destacado periodista a quien un profesor de escuela secundaria invita a concurrir a una de sus clases para que dialogue con los alumnos sobre el ser judío. Sintiéndose un raro objeto de estudio, Goldfard decide rechazar la invitación, aunque su extraño malestar lo conduce a detenerse en el tema y con una severidad extrema. Indaga en su historia personal, la de su familia y así el judaísmo se transforma en una inquietante toma de conciencia. Sus análisis, que registra en una grabadora, progresan por aristas religiosas, psicológicas y políticas. Como frutilla dela torta, la acción se desarrolla en Alemania. ¿Qué es ser judío?, se pregunta Goldfarb. Así, da paso a un impecable ensayo sobre judaísmo y contradicción, que conmueve hasta las lagrimas.
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Romano está en su mejor momento: estamos ante un actor con la capacidad de erizar la piel y cortar el aire. La tensión de la pieza de Charles Lewinsky arranca amena y, a medida que las problemáticas se abren, se tensa hasta lograr resultados cautivadores. La pieza apunta a un público inteligente, que busque interrogarse y participar de esta demostración de teatro documental cruda y dura, por lo controvertido de algunos tópicos. Romano analiza minuciosamente, reflexiona y expresa con convicción el nutrido compendio de emociones que transita su personaje.
Los años pasan y la puesta se mantiene en la cartelera. "Un judío común y corriente" tiene vida propia, es una obra inquieta. Aquellos que acepten la invitación, saldrán visiblemente interpelados: La magia del buen teatro reside allí, el artista entrega su cuerpo entero a las tablas. "¿Qué es ser judío?", pregunta Goldfarb, ante un auditorio colmado. El peso psicológico que reside en las conclusiones es tan grandioso como el interrogante mismo. Una pieza atractiva para pensar el teatro como un espacio de debate.
Un judío común y corriente
- Nuestra Opinión: Muy Buena.
- Dirección: Manuel González Gil.
- Actúan: Gerardo Romano.
- Los sábados a las 20, en el Chacarerean Teatre (Nicaragua 5565). Entradas: Desde $400.