Los empleados municipales de la localidad cordobesa de Bell Ville vienen sufriendo, desde la asunción de Carlos Briner por Cambiemos, la persecución política y laboral. Un periodistas local denuncia que incluso han puesto espías en distintas áreas para fichar a opositores.
Según narra Oscar Villarroel, periodista cordobés, la cuestión comenzó el 31 de diciembre de 2015, cuando tres trabajadores fueron cesanteados: dos de ellos figuraban en un lista para el sindicato de empleados municipales de la ciudad
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Posteriormente, dentro del Estado se comenzó a re ubicar en áreas sin tareas a trabajadores expresamente peronistas, como a dos ex candidatos a concejal por Unión por Córdoba, sumado al otorgamiento de licencias psicológicas.
Hace una semana, hubo dos nuevos despidos en la oficina de Empleo, uno de ellos es Diego Luquez, empleado municipal con cuatro años de antigüedad. Al enterarse de la noticia, acudió a su superior en la oficina, quien no le pudo explicar el motivo de su desvinculación, ya que en términos laborales, hacía un buen trabajo.
La explicación de Luquez:
Posteriormente un grupo de periodistas acudió al intendente Briner para solicitar explicaciones. El político ratificó que no había despidos, sino contratos que terminaron por su vencimiento para el año 2016.
La justificación del Intendente:
Sin embargo, un documento de carácter público contradice la versión del Briner, ya que el contrato, en este caso el de Luquez, figura con vencimiento para recién 2017, como bien detalla la cláusula SEGUNDA.
El documento completo:
Para colmo, en esa misma oficina había ingresado semanas antes una empleada que, según ella misma reconoce en un audio a una amiga, tiene que contarle al intendente que hacen en esa oficina y cuantos kirchneristas y peronistas de Galo (candidato a intendente de UPC) trabajan allí, por lo que consideraba solicitar un aumento.
La confesión de la espía:
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