Imposible intentar balancear un año de gobierno de Cambiemos sin recordar que la euforia de los primeros días de la "revolución de la alegría" de Macri y su equipo de CEOs, hoy contrasta con un gobierno con varios frentes de tormenta abiertos, a pesar de que lograron su primer gran propósito: comenzar el ajuste a los que menos tienen, los trabajadores y el pueblo pobre.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La CEOcracia de Cambiemos no ocultó su marca de clase: un gobierno para los empresarios y los ricos. Ya cuando asumió el gabinete con ironía pusimos en una foto de la Rosada, un cartelito que decía: "Cambio de firma. Atendida por sus propios dueños". Teníamos razón.
Pero a pesar de devaluar, quitar retenciones a las patronales agrarias y otros sectores concentrados, endeudar brutalmente al país, atacar el salario, pagar a los buitres, despedir a miles de trabajadores, habilitar un nuevo blanqueo de capitales para los evasores de siempre no consiguieron que la Argentina capitalista crezca. Hoy el país está en recesión y las perspectivas no son buenas para los meses venideros. Por eso dijimos que el "retiro espiritual" no fue más que una puesta en escena de la crisis que los atraviesa. Preparan más ajuste, un nuevo ataque al salario y a las condiciones de trabajo, por eso la ley de ART, por eso el renovado ataque noventista a los convenios de trabajo.
Casi todos están pensando ahora en las elecciones de 2017 y el macrismo sabe que la economía en crisis, las complicaciones legislativas de fin de año y el malestar social en aumento, lo ponen al borde una derrota. Muchos son los que quedaron pegados a este gobierno. Massa y su Frente Renovador ejerció prácticamente un cogobierno en la provincia de Buenos Aires, así como en la represiva provincia de Jujuy ejercen la vicegobernación.
Otros, los que llamaron a votarlos "para enfrentar a la derecha" o "por el proyecto nacional y popular", son los voceros del ajuste y la entrega. Urtubey, Bertone, Pichetto algunos de los nombres. El Senado y las gobernaciones algunas de sus guaridas.
Claro que no se puede explicar este sostenido ataque a los trabajadores por parte de Cambiemos sin la tregua que la CGT le prestó durante todo el año. Ni un paro dominguero en un marco de feroz ajuste llamaron. "Garantes del ajuste" les queda chico a los dirigentes sindicales de la CGT.
Pero también se vio otra expresión política: el multitudinario acto que realizó el Frente de Izquierda el 19 de noviembre en Atlanta es su expresión. No solo fuimos consecuentes con las peleas dadas en el Congreso Nacional, también en los sindicatos, los centros de estudiantes y en las calles, acompañando todas y cada una de las luchas no sólo de los trabajadores, sino también de las mujeres y los jóvenes. Ese fue y sigue siendo nuestro compromiso.
A la derecha se la resiste. En eso estamos. Queremos ser miles.