Tras la polémica por la compra de la palmera en la Casa Rosada, el Ingeniero Agrónomo Carlos Roberto Anaya escribió una carta donde denunció que en 2016 él alertó que la Palmera estaba viva y podía ser salvada.
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Según publicó el portal El Disenso, Anaya trabajó 36 años en el Gobierno de la Ciudad como arborista certificado y en octubre de 2016 realizó un informe donde relevó que la Palmera estaba en condiciones de ser rescatada.
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En ese portal señalaron que a Anaya "lo despidieron por certificar" ese informe. Sin embargo, El Destape se comunicó con el Ingeniero, quien confirmó que no lo despidieron, sino que decidió tomar la jubilación anticipada por los pedidos de cesantías que denuncia en la propia carta. Además, dijo que todo lo denunciado es información pública a la cual cualquiera puede acceder.
En una carta que escribió el arborista, señaló que el 4 de octubre de 2016 concurrió a la Casa Rosada tras ser convocado por el área de mantenimiento de ese lugar para revisar el estado de una de las cuatro palmeras del patio. Allí reportó su conclusión la arquitecta Maela Santarcángelo.
"Se sorprendió cuando luego de analizarla le informé que la palmera estaba viva y que por su alto valor histórico y patrimonial merecía un tratamiento para intentar su recuperación", advirte en la misiva.
En su relato, Anaya explica que el 5 de octubre de ese año recibió "una Cédula de Notificación firmada por el Secretario de Mantenimiento del Espacio Público del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad , Sr. Ezequiel Capelli, con documentación ad hoc firmada por su subalterno el Director General de Espacios Verdes, Arq. Ariel Lasge, en la que me informaban de un trámite de pedido de cesantía argumentando que había acumulado 15 inasistencia continuas".
"Presenté mi descargo a la absurda acusación con un informe de la Gerente del Jardín Botánico, Ing. Agr. Graciela Barreiro, que desmentía mi incumplimiento laboral, copias del libro de la guardia privada del Jardín en el que se acreditaba mi entrada regular con mi vehículo al Jardín y los informes de los trabajos realizados que por correo electrónico le enviaba a mi superiora. Todo fue en vano y entré en la 'picadora de carne' del Estado, bloqueándoseme el salario a partir del mes de noviembre", contó.
Y sentenció: "Todo fue armado en forma urgente y con total impunidad, amén de lo falaz, incurrieron en errores de fechas y hasta computando un feriado nacional como supuesta inasistencia".