El presidente eligió hacer oídos sordos al masivo cacerolazo que se vivió en todo el país, como protesta por el tarifazo de los servicios públicos. Mauricio Macri no hizo ninguna mención a la protesta y eligió hablar de otras cuestiones.
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Con la presencia del presidente de la Juventud PRO, Pedro Robledo, que ayer fue parte de una polémica por la invitación a un partido neonazi a una reunión con Marcos Peña, Macri presentó un plan nacional para la Juventud en Villa Devoto. El primer mandatario habló de la sanción de la ley de primer empleo, la ley pyme y prosiguió con su discurso que hacía referencia en la esperanza del futuro, pero del cacerolazo no hizo mención alguna.
A menos de 24 horas de las protestas, el primer mandatario remarcó que "el desafío como Gobierno es estar cerca trabajando para que el Estado esté presente".
Inclusive, Macri sí se refirió a su forma de bailar y sostuvo que "no es fácil" porque le "llevó mucho esfuerzo lograr esos pasos". Y refiriéndose a los jóvenes, dijo que "hay muchos argentinos que tienen fe".
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