Time Warp: ¿Por qué un joven "que tiene la vida arreglada" consume droga?

22 de abril, 2016 | 14.11

El sábado por la madrugada cinco chicos murieron en la fiesta electrónica Time Warpdespués de consumir la misma droga de diseño: la pastilla Superman, un derivado del éxtasis poderosamente más tóxico que el mismo. El tema se discutió toda la semana y mucho se habló sobre el negocio de los estupefacientes y el mal desempeño de los organismos de control.

Sin embargo, poco se discutió sobre un tópico crucial: el uso de las drogas por parte de la juventud. Ante todo, vale una aclaración del título: nadie tiene la vida arreglada y el destino puede dar muchas vueltas pero es muy común que, al hablar de las drogas, se discuta como una problemática de la clase baja y se asegure que "los chicos consumen paco porque no tienen futuro o una familia detrás que los ayude". Pero... ¿y los jóvenes de clase media, media-alta? Aquellos que trabajan, que tienen una familia presente, que estudian una carrera universitaria... ¿Por qué consumen drogas de diseño?

Alberto Calabrese, un sociólogo especialista en adicciones, dialogó con El Destape y explicó que "vivimos en una sociedad de consumo donde las pautas y los criterios que nos enseñan desde que nacemos están alrededor del consumo, del 'comprame esto papá'. En esta sociedad consumista están inmersos tanto las personas de clase baja como las de clase alta, sólo que con prioridades diferentes", aseguró mientras agregó: "El chico de clase baja va a preferir consumir camisetas de fútbol de buena marca o zapatillas deportivas de calidad mientras que el de clase alta se relaciona con los autos, las motos y las sustancias de diseño pero todos lo hacen dentro de la misma lógica de consumo que nos enseñan al nacer".

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En el mismo sentido opinó Silvia Inchaurraga, la directora del Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencia y Sida (Ceads) de la Universidad Nacional de Rosario y presidenta honoraria de la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (Arda), quien aseguró a este medio: "En la población joven hay personas que hacen un uso recreativo de las sustancias, no adicción. Hay quienes toman una pastilla al año o cuando van a una fiesta. Es interesante remarcarlo porque se habla de los chicos de Costa Salguero como un fenómeno que horroriza pero esto en realidad es un reflejo de nuestra sociedad".

"El fenómeno de las drogas ya está instalado en nuestra cultura, es una tendencia humana la de resolver los problemas con sustancias. En la sociedad de consumo se aprende que si hay una problemática existencial, se resuelve con psicofármacos. Si hay angustia, se resuelve con las compras de objetos y para la diversión, para la recreación, se suele recurrir a sustancias", explicó para intentar desestimatizar al consumidor.

En ese sentido, cuestionó a quienes critican: "Hay quienes dicen que la droga mata y cuando terminan de decir la frase se toman un fernet con coca. Es interesante el fenómeno de las drogas legales, que incluso están promocionadas" y aseguró que la prohibición de las sustancias "sólo genera más clandestinidad en el consumo, más aislamiento de quién se drogó del sistema sanitario y que el joven tenga tanto miedo de ser juzgado que no se lo puede ayudar porque no quiere decir ni qué tomó".

Es por ello que Silvia, junto con otros voluntarios, trabaja en la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina instala stands en fiestas electrónicas (incluso en la Creamfields) en donde reparten botellas de agua y folletos explicando qué hacer en caso de que alguien se descomponga o contando cuál es el consumo correcto de cierta droga. De hecho, su organización quiere implementar un control de testeo de sustancias, como se hace en otros lugares del mundo, para que el joven sepa qué está consumiendo. "Es crucial que ellos sientan que no los vamos a juzgar por tomar una pastilla porque si no no se acercan a nuestro stand y no nos cuentan sus dudas", asegura.

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Al respecto, el sociólogo Calabrese sostiene que "la mayor cantidad de problemas de la guardia toxicológica es de mezclas de pastillas con alcohol porque hay jóvenes que no saben consumir" y cree que "es necesario una política de reducción de daños: que haya una enseñanza adecuada. La droga prohibida es un negocio", aclaró.

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Quienes están en contra de la despenalización de las drogas también tienen teorías sobre por qué los jóvenes consumen. Claudio Izauguirre, el Presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA), afirmó que "no es que quienes van a fiestas electrónicas tengan un nivel intelectual bajo sino que no hay formación de carácter. A esa edad no la hay y ese es el trabajo que se tiene que hacer sobre los preadolescentes, adolescentes y quienes están en los inicios de la adultez".

En lo que no coinciden es en la manera de encarar el tema. Para él, habría que prohibir las fiestas electrónicas "hasta que el Estado de una garantía de que no hay drogas adentro". En cambio, están quienes intentan desestimatizar el hecho de que haya jóvenes que consumen sustancias y aseguran que es la realidad actual y que hay que hacerlo en manera medida. "Prohibir las fiestas es generar clandestinidad, alejar al chico del sistema de salud y no poder controlarlo", asegura Inchaurraga.

Daniel Link, escritor, también habló del tema y contó en su blog personal cómo educó a sus hijos, que nacieron en este mundo de consumo: "Para drogarse, hay que saber hacerlo. Qué se puede mezclar y qué no. Les pedí que nunca compraran drogas en la calle (o, para el caso, en una pista). Si tomaban algún sintético, debían estar atentos a la temperatura corporal y tomar muchísima agua", contó mientras aseguró: "Cuando fueron grandes me comentaron la impresión enorme que les había provocado esa charla (que yo mismo no disfruté), y al mismo tiempo cuánto agradecieron en retrospectiva lo que les había dicho".

En cuanto a la tragedia de la fiesta electrónica Hernán Scorofitz, psicoanalista, opinó que para entenderla, hay que pensar en lo que dijo Freud, quien defendió a capa y espada el análisis caso por caso: "Integrar el trágico desenlace de los 5 chicos fallecidos en Costa Salguero a, por ejemplo, 'el problema de la droga en la juventud que no reconoce clases sociales' es matar la singularidad de cada uno de ellos, o matarlos por segunda vez. No sabemos absolutamente nada de las historias de vida (y muerte) de los 5 chicos".

Hoy mucho se habla de las fuerzas de seguridad, del negocio de la droga, de la música electrónica y poco se habla de la historia de los chicos, de su manera de vivirlo, de la juventud y la realidad actual. Quizás el eje pase por dejar de evitar que el consumo existe y empezar a asumirlo y pensarlo desde otro lugar. Quizás por ahí se pueda comenzar a pensar distinto la cuestión.