Tickled, el juego perverso de las cosquillas

Bienvenidos al mundo de las competencias de cosquillas. Acá un grupo de hombres jóvenes hegemónicos y masculinos se disputarán un premio monetario en un torneo de cosquillas. Sí. Cosquillas. Lo que suena como una morbo o fetiche inofensivo y gay, esconde una trama oscura de mafia, extorsión y violencia. En este juego perverso se adentra el periodista cultural neozelandés David Farrier, desentrañando una maraña de oscuros planes tras bastidores. Tickled es "el" documental de Netflix que probablemente pasaste de largo y ya deberías ver. La trama simple y original seduce desde el primer instante y lo inverosímil de la situación cobra dimensiones escalofriantes en forma rápida y vertiginosa.

Farrier, que se especializa en notas de color sobre personajes bizarro, descubre un video relacionado con una supuesta “Competencia de Resistencia de Cosquillas”, un evento mensual organizado en Los Ángeles por una empresa llamada Jane O’Brien Media. La filmación, que consiste en un grupo de atletas en looks deportivos sometiendo a cosquillas a uno de sus pares -inmovilizado- durante mucho tiempo, era producto de una selección de alcance global en la que cualquier joven del planeta puede inscribirse. Los elegidos para participar del “torneo”, reciben un pasaje aéreo gratuito, cuatro noches de alojamiento en un hotel y 1500 dólares en efectivo. Farrier pica en el anzuelo y en su afán por querer contar una historia periodística atractiva se ve envuelto en un thriller en tiempo real.

Hablar más sería spoilear la cinta entera. Lo cierto es que el "Tickling" es una práctica más popular de lo que parece (podría encuadrarse como una subcategoría dentro del BDSM) y el documental funciona como una puerta de acceso para los curiosos y un material de investigación impactante. Un recorrido de adrenalina puro que por momentos puede parecer sexy, para pegarnos una bofetada de realidad cruda.

• Tickled. Nuestra opinión: Muy buena. Dirigida por David Farrier y Dylan Reeve.