Tensiones internas en el camino a la unidad sindical

Todos los sectores coinciden en avanzar hacia la reunificación, pero el nombre de Héctor Daer resulta un escollo. Recelos y críticas por su rol durante el macrismo.

28 de septiembre, 2019 | 22.27

La reunificación de la CGT comenzó pero avanza despacio. Ese acercamiento entre los sectores que en los últimos cuatro años permanecieron divididos entre dialoguistas y confrontativos requiere pulir diferencias. Una de ellas es quién encabezará la amplia unidad sindical, que contendría además a la CTA y a los movimientos sociales.

La reunión que mantuvieron en la semana ambos sectores, fue “muy buena”, sin discusiones acaloradas y con “un debate de alto vuelo”, destacan las partes. Tras el reencuentro con Hugo Moyano, Héctor Daer avisó que la unidad sindical no será fácil: “La unidad no es un tema de un café, hay mucho que hablar". En los próximos 15 días esperan avanzar con otro encuentro.

La idea es retomar una estructura con una sola conducción, pero el nombre de Daer genera reparos. El dirigente de sanidad, de cercana relación con Alberto Fernández, es el apuntado por “Los Gordos”, que suponen que cuenta con el respaldo implícito del candidato a Presidente. Desde el moyanismo se oponen y le achacan la pasividad que mantuvo en estos cuatro años de ajuste. "Si quieren imponer a alguien, nosotros no entramos", advirtieron a El Destape desde Camioneros.

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En esa línea, un dirigente cercano a Moyano le marca la cancha a Daer por haberse mantenido dialoguista con el gobierno de Cambiemos y recuerda que en estos años otros sindicatos estuvieron en la calle haciendo frente a las políticas de ajuste. "Hasta hace poco jugaba con Lavagna y pensaban que había Macri por ocho años. No puede ser que seamos la fuerza de choque y cuando vuelve un gobierno popular somos la rama seca", remarcó.

Hay más obstáculos en su camino, como los celos que hay de parte de los llamados “independientes" (Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y Gerardo Martínez) respecto a que Daer asuma todo el poder. Otros aún recuerdan que él fue la cara del acto que terminó con el escenario de tomado y el cántico de "Poné la fecha...".

Daer espera una señal de Alberto Fernández. Varios dirigentes sindicales de distintos sectores consultados para esta nota coincidieron que el candidato es "el que tiene la llave" para destrabar la unidad. "En esta etapa, Alberto es el que está más en condiciones de hacerlo. No veo a otro que lo pueda hacer", asegura un viejo hombre de los gremios hoy vinculado al Instituto Patria.

Desde el Frente Sindical dudan que Fernández vaya a laudar en esa disputa, aunque creen que su aporte será importante para terminar de acercar posiciones. "Bienvenido si da un gesto, pero no podemos esperar a que alguien nos diga cómo reunificarnos", afirman, mostrando un poco los dientes para negociar. Otro punto de conflicto a saldar tiene que ver con el adelantamiento de las elecciones, previstas para agosto del año que viene.

A pesar de todo el pronóstico es bueno: la intención de unidad existe. De cara a la mesa de diálogo que negociará el pacto social, una conducción unificada permitirá plantarse frente a los sectores patronales de otra forma. En ese sentido, esta semana la CTA iniciará formalmente conversaciones para reintegrarse a la CGT, tal como anticipó El Destape. Si se concreta, el movimiento obrero estará en mejor posición para negociar precios, salarios y otras condiciones laborales. 

Otro tema que resuena en los pasillos sindicales es el de la identidad del próximo ministro de Trabajo. Para evitar conflictos, Alberto Fernández espera a confirmar el veredicto de las PASO para anunciar su gabinete. El hombre que ocupe la recuperada cartera laboral tendrá a cargo, nada más ni nada menos, la tarea de generar puestos de trabajo luego de que este gobierno duplicara el desempleo.

Ante un escenario de disputa con los empresarios, es poco probable que un dirigente sindical ocupe ese cargo. Por estas horas, suenan con fuerza los nombres de Nicolás Trotta y Claudio Moroni (que también suena para AFIP). Un experimentado dirigente, con voz autorizada para hablar del tema, señaló dos requisitos: la vocación y el ejercicio del diálogo: en ese punto, Trotta, coordinador de los equipos técnicos, saca diferencia. El segundo es que sea alguien de extrema confianza de Fernández. "Que sepan que si habla él, habla Alberto". Acá la ventaja es para Moroni.