"Lo que vamos a tener que discutir en la Argentina es si subsidiamos a los usuarios o subsidiamos a las empresas en sus ganancias y rentabilidad. Esto es lo que tiene que discutir la Argentina, sobre todo cuando estamos hablando de servicios públicos". Aquí una de las muchas frases pronunciadas por la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el pasado 18 de abril en el Congreso. ¿Subsidiamos a los usuarios o a las empresas? Si subsidiamos a estas últimas, siquiera es para mejorar la calidad de los servicios que prestan, expandir su acceso y asequibilidad. Con Macri, las subsidiamos en sus ganancias y rentabilidades, que por cierto son obscenas.
El peor razonamiento que la administración neoliberal podía escuchar, ya se viralizó por boca de la máxima autoridad opositora en la Argentina. Vuelve fuertemente al debate el rol de los subsidios a nivel servicios públicos. La presión popular lo hizo posible.
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Al contrarrestar una discusión que la administración neoliberal creía zanjada -o, al menos, pensaba no dar tan temprano en el año-, salen con todo los grandes medios de comunicación oficialistas. El mensaje a ser inoculado entre la población, el mismo de siempre: la política de subsidios de los gobiernos kirchneristas atentó contra la calidad de la prestación del servicio, la expansión en infraestructura para satisfacer una demanda creciente, las normales inversiones de las prestatarias y la salud de las cuentas fiscales del país (derroche fiscal).
Todo esto condujo, nos explican entonces, a una crisis energética de la cual nos estamos recuperando lenta y dolorosamente desde diciembre de 2015. Las "medidas correctivas" (léase, el tarifazo), son necesarias para no volver a caer en el abismo y la fiesta del consumo. Una mentira detrás de otra.
El Subsecretario de Programación Macroeconómica del Ministerio de Hacienda de la Nación, Luciano Cohan, escribió vía Twitter días atrás: "La eficiencia y calidad de nuestra infraestructura energética se hizo pedazos. Quemamos fuel oil carísimo, gas natural licuado que venía en barcos. Se multiplicaron cortes de luz en verano y de gas en invierno (19 de abril)".
Vamos a recordarle a Cohan, ex empleado de Techint, de la Bolsa de Cereales y del Banco Mundial, qué sucedió en la década del noventa y hasta febrero de 2000 con la prestación del servicio de estas empresas cuando tenían la tarifa que querían y dolarizada, cuando no había subsidios, cuando nadie las regulaba en sus inversiones, cuando podían ganar a antojo, a la vez que girando utilidades y pagando dividendos sin el más mínimo control, tal y como sucede ahora. ¿Menos subsidios y más tarifas es igual a más inversiones y menos cortes? ¿En serio vuelven con el cuento del "derrame"?
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