Stolbizer: "El mensaje del Gobierno ha sido muy contradictorio"

25 de enero, 2015 | 08.26
Por Juan Ignacio Agosto
Redacción El Destape

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La diputada Margarita Stolbizer, del Frente Amplio UNEN, criticó la reacción del gobierno nacional ante la muerte del fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, consideró que el mensaje de la presidenta Cristina Kirchner "fue muy contradictorio" y cuestionó lo que definió como el "discurso de la investigación de la víctima", tanto desde el oficialismo como desde la oposición. Además, pidió "preservar el trabajo que venía haciendo" el fiscal.

¿Pedirán que el equipo de la Unidad Fiscal AMIA que trabajó junto a Nisman vaya al Congreso a presentar las pruebas?

Es necesario que se dé información al Congreso de la Nación sobre todo lo que hay atrás de la denuncia de Nisman, porque muere en el mismo momento en el que estaba dispuesto a dar a conocimiento las pruebas de su investigación. El Congreso tiene que recibir esto. También creo que necesitamos preservar el trabajo que se ha venido haciendo y establecer una línea de trabajo en las tres causas principales con alguna supervisión especial por parte de la Corte Suprema de Justicia.

¿Eso está acordado con el bloque?

Dentro del FAP, sí.

¿Y con otros espacios?

Que yo tenga conocimiento, todavía no.

¿Cómo evalúa la reacción del gobierno nacional ante la muerte del fiscal?

Mal, me parece que el episodio es demasiado importante y grave como para que la Presidenta de una respuesta por las redes sociales, que están para cumplir otra función, socialmente muy importante pero no para fijar posiciones gubernamentales.

¿Qué tendría que haber hecho?

Solamente frente a la denuncia debió haber hecho una convocatoria a la Asamblea Legislativa para brindar toda la información necesaria. Y después de la muerte del fiscal era prácticamente imperioso el uso de la Cadena Nacional y del establecimiento de un día de duelo, un mensaje de condolencia y un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía.

¿Cree que las cartas no aportaron tranquilidad?

Lo que siento es que la gente no solo siente tristeza frente a la muerte sino que hay desazón, preocupación, miedo también, y ahí es donde necesita tener un mensaje claro. Todo el mundo está esperando por parte de la Presidenta una respuesta diferente a la que ha dado. Ha hecho uso y abuso de los mensajes en cadena para cualquier otra cosa y no lo ha hecho en esta oportunidad. Además, el mensaje del Gobierno ha sido muy contradictorio. Hubo un apresuramiento en dictaminar el suicidio y hoy todas las hipótesis van por el no suicidio.

En la Justicia el suicidio sigue siendo la principal hipótesis.

Me refería al Gobierno. En un comienzo parecía que la cosa podía cerrar con un suicidio y hoy vemos, aún sin conocer demasiado porque no hay mucha información, que también en la Justicia las líneas de investigación también avanzan en ese sentido: cuando se hace un allanamiento sobre las entradas o se le pide declaración al cerrajero, o cuando se intenta averiguar a qué hora llegó el médico. Se está tratando de ir despejando algunas otras dudas.

¿Cree que la Presidenta sembró más dudas con los interrogantes que planteó?

Me preocupa mucho esta necesidad permanente de protagonismo y centralidad cuando hay una denuncia grave y un muerto en el medio. El primer mensaje era la hipótesis de un suicidio, y quién lo indujo, y qué fue lo que pasó, y después de eso lo que viene ahora es decir "hay un muerto que nos tiraron a nosotros". La Presidenta otra vez en el centro de la escena, como si la víctima fuera ella o su gobierno.

Pero, aunque no sea la víctima, la denuncia es contra ella.

Pero me parece realmente mal. Se ha instalado un discurso muy peligroso, que es el discurso de la investigación de la víctima. Yo veo sobre esto el riesgo de volver a esa cosa muy instalada en la época de la dictadura del "algo habrán hecho", como preguntando si no habrá merecido este hombre que lo mataran. En qué estaría metido, si se habrá confundido, por qué regresó antes de las vacaciones. Esta pregunta me golpea, como si se buscara justificar la muerte.

¿Averiguar por qué volvió antes no podría servir para determinar si su muerte estuvo vinculada a la denuncia?

Hoy muchos, en el oficialismo y la oposición, quieren investigar por qué vino antes, qué hay atrás de la víctima. A mí me parece realmente cruel que haya que investigar los pasos previos de la víctima para ver qué había atrás de eso, como si pudiera haber alguna cuestión que justificara la muerte.

Con respecto a la denuncia, algunos referentes de la oposición se encolumnaron detrás de la denuncia y otros fueron más críticos y reconocieron que tienen fisuras y que había que ver las pruebas, ¿qué opina usted?

No podemos discutir porque todavía no tenemos toda la información, no sabemos si las pruebas son buenas o no, si la denuncia tiene la suficiente contundencia como para prosperar o no. Eso es algo que la Justicia tiene que hacer. Acá lo grave es que el denunciante llegó a la convicción de la existencia de un plan criminal de encubrimiento, él estaba obligado a presentar esa denuncia. Y presenta una serie de elementos que son objetivos y reales, como la firma del Memorándum.

Pero la firma del Memorándum, en sí, no representa un delito.

Muchas de las cosas que el fiscal Nisman logra poner en clave judicial/penal, nosotros las expresamos políticamente en su momento. Ellos dicen que son los que más han hecho por la investigación, pero las cosas que pudieron haber hecho tuvieron un quiebre muy grande con la firma del pacto con los sospechosos.

Según algunos juristas, eso no constituye delito.

Cuando el gobierno nacional firma ese pacto que tenía por objeto conformar una Comisión de la Verdad para reemplazar la verdad a la que había llegado la Justicia nacional. Se firma un convenio y se negocia con los sospechosos que ya habían sido declarados tales en una causa que es un delito de lesa humanidad y calificado como genocidio por el juez Canicoba Corral. No se puede aceptar la negociación con aquellos a quienes nuestra Justicia había dicho que eran sospechosos. A mi juicio produjo un quiebre en lo que habían sido las posturas del Gobierno en el tema. Hace un pacto con los sospechosos para eludir la Justicia argentina, para encubrir y garantizarles impunidad.

¿No cree que los documentos y declaraciones posteriores a la denuncia sobre las circulares rojas hicieron trastabillar esa hipótesis?

Uno puede valorar si las pruebas son contundentes o convincentes y eso es algo que tiene que investigar la Justicia. Nosotros no podemos hacer una valoración de elementos que no conocemos. Yo conozco lo que la denuncia dice o las cuestiones que me constan, como la firma del Memorándum.

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