Sergio Massa le toca la colita del pelo al nuevo ministro de Agricultura, el "ministro hippie", el formoseño Luis Basterra, mientras Malena Galmarini ríe detrás. Todo sucede en el hall de presidencia del Congreso, ese nuevo lugar que ocupará el ex intendente tigrense. Ese sitio fue parte del triángulo donde se desarrolló toda la previa política antes de sentarse en el recinto a recibir a los presidentes entrante y saliente.
El Salón de Honor y el de Pasos Perdidos fueron los otros dos lugares clave. En el primero ingresaban los ministros nuevos del gobierno de Alberto Fernández y la sección diplomática de diferentes países. En el segundo se encontraba la prensa y por un costado pasaban los legisladores. En una escalera en medio del triángulo subían a los palcos personalidades de la cultura, los Derechos Humanos, los medios y sindicalistas. También por allí pasó Estanislao Fernández (Dyhzy), hijo del presidente, junto a su novia, ambos muy emocionados desde que arribaron al Congreso.
Quienes se movieron por varios lugares y pisaron fuerte fueron el empresario dueño de América, Daniel Vila, quien pese a no ser gobernador ni diplomático entró y salió tranquilamente por el Salón de Honor; y el otro fue Jorge Brito, el banquero dueño del Grupo Macro, uno de los enemigos más acérrimos de Mauricio Macri. A ambos se los vio juntos detrás de bambalinas y también en el palco VIP, junto a Marcelo Tinelli y el ex funcionario y socio de Vila, José Luis Manzano, entre otros.
Los ministros entrantes llegaron casi todos con una sonrisa indisimulable. Desde Ginés Gonzáles García, un transpirando Matías Lammens, un Agustín Rossi peinado con gel, Wado de Pedro, Juan Cabandié, Tristán Bauer hasta Carlos Zannini. Los más serios: la titular de la cartera de Justicia, Marcela Losardo, y el Secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
También hubo un encuentro bien peronista: los Moyano, Hugo y Pablo, se cruzaron justo en la entrada al recinto con el ex presidente Eduardo Duhalde, a quien se lo vio sacarse selfies con Carlos Menem y su hija Zulema en plena jurade Alberto. Antes, entre risas, los sindicalistas y el banfileño posaron para las fotos y todo terminó con un "cachetazo" amistoso del ex mandatario al hijo de Moyano. Por suerte no pasó a mayores...
Dos que ocuparon lugares en anteriores gobiernos peronistas siguieron muy conmovidos la jura de Alberto fuera del recinto: Gabriel Mariotto (ex vicegobernador de la Provincia) y Claudio Morgado (ex titular del INADI). Ambos vieron todo rodeados de periodistas en el Salón de los Pasos Perdidos. Allí cuando se fue Macri hubo un grito unánime de la mayoría del sector de prensa, visiblemente enojado con la gestión: "Chau, no vuelvas más".
Tras la jura y el discurso de Alberto, el hombre más requerido fue el gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien tuvo decenas de medios alrededor para entrevistarlo. Antes se había fundido en un emotivo abrazo con el presidente que dejó a ambos al borde de las lágrimas.
Un exultante Eduardo Valdés, también muy emocionado, habló con todos los que se cruzaban. Se saludó con mucho cariño con Esteban Bullrich, a quien destacó: "Vos flaco fuiste clave tendiendo puentes para la transición". Uno de los mejores amigos de Alberto fue uno de los últimos en dejar el Congreso. El otro fue Daniel Lipovetzky, uno de los pocos integrantes de Cambiemos que habló con la prensa.