17 de febrero, 2020 | 21.28

Se robaron hasta el cine nacional: el fraude macrista que complica al ex presidente del INCAA Ralph Haiek y deja a los porteños sin el emblemático Gaumont

Las consecuencias de la falta del Estado en nuestro patrimonio cultural.

El cine argentino está en problemas y los responsables pertenecen a "el mejor equipo de los últimos 50 años". Hasta acá no hay sorpresas, todo forma parte del mismo cuento de falsas promesas macristas. El trago amargo se destapó recientemente con las denuncias de Documentalistas Argentinos (DOCA), Directores Independientes de Cine (DIC) y la Asociación de Productores y Realizadores Independientes (APRI) contra el  ex presidente del Instituto, Ralph Haiek, y el ex gerente general, Juan Francisco García Aramburu, acusados de integrar una compleja red de mentiras que confluye en un sistema de corrupción y malversación de fondos. En el medio, una industria parada que lucha por salir a flote.

El pato inflable millonario y "las reuniones en el exterior"

Las denuncias hicieron que se abrieran cuatro expedientes en los juzgados federales de Marcelo Martínez de Giorgi, Sebastián Casanello, Rodolfo Canicoba Corral y Ariel Lijo. Fuentes de El Destape confirmaron que la causa que se le adjudicará a Haiek acumulará todas las denuncias. Además de señalar el incumplimiento de la Ley de Cine, la malversación de fondos alcanzaría los 800 millones de pesos. La Ley de Cine obliga a destinar el 50% de los fondos de fomento del cine al subsidio de películas nacionales, y esto se contrapone con las medidas negativas que se llevaron adelante con Haiek: Se dejaron de otorgar créditos en los dos últimos años de gestión y se abandonó el control sobre las salas de exhibición que tienen que cumplir con una cuota mínima de películas nacionales.

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Por las denuncias de malversación de fondos, Ralph Haiek podría enfrentar una pena de dos años de cárcel. “Se organizó y perfeccionó un sistema doloso de corrupción” y, como parte de él se destinó a “pagar los pasajes en primera clase de los funcionarios del Incaa, sobreprecios en contrataciones y en obras innecesarias, especialmente las del cine Gaumont, en la Enerc (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica)” y en las contrataciones para el Festival de Mar del Plata y Ventana Sur”, explica la denuncia.

Las irregularidades en las contrataciones incluyen en la documentación exhibida: el pago de 300.000 pesos por un pato inflable para colocar sobre el lobo marino de la Rambla de Mar del Plata, en la edición 2017 del Festival Internacional de Cine de esa Ciudad, o el gasto de 2 millones de pesos en cajas de navidad en una cantidad que duplica el número de trabajadores del Instituto. También se incluyó en la denuncia judicial un modus operandi con el se justificaban los gastos: " cuando hay una necesidad particular, se inventa un viaje. Por ejemplo, ver las salas de cine de París, cuando en realidad desde el INCAA se sacan las entradas para un partido de fútbol del Paris Saint Germain". La denuncia ratifica que Ralph Haiek, "quiso ir al mundial de fútbol de Rusia con un amigo e invento una parada en Paris para una reunión". Desde la gestión actual de Luis Puenzo se mostrarán colaborativos durante el proceso de investigación.

Hoy no vamos al cine. Mañana...tampoco

Como consecuencia del desbalance macrista, que no solo prometió restaurar las 3 salas del Gaumont -de las cuales solo hizo una en cuatro años de gestión- y mejorar las condiciones de producción de cine argentino -el Estado no hizo nada para que  las productoras independientes proliferen y la falta de presencia se reflejó en los números que indican la victoria de las mejores en el mercado- la actual gestión de Luis Puenzo decidió cerrar el complejo por 2 meses y trabajar en todo lo que el macrismo destrozó. La tarea no es fácil y varios cineastas pierden semanas de proyección.

De esta manera, el Gaumont permanece cerrado para el público debido a refacciones en el edifico de Avenida Rivadavia 1635. La puesta en valor del complejo fue uno de los mayores papelones de la gestión de Ralph Haiek, entre un listado de papelones y malas decisiones. El plan de obra contempla la atención de cuestiones edilicias estructurales y la implementación de medidas de seguridad e higiene adecuadas como sistema de incendios y planes de evacuación. También habrá mejoras en cabinas de proyección y en la acústica de las funciones, un sistema online para adquirir localidades numeradas, terminales de autoservicio sumadas a la boletería tradicional, pantallas led en el frente y en el hall del cine y baños, instalaciones y accesos remodelados.

"Evaluando el estado de los avances de la reparación del cine Gaumont, iniciada a mediados de septiembre de 2019, sumado al riesgo que hubiera implicado continuar las obras permitiendo la afluencia de espectadores al edificio, las nuevas autoridades del Incaa han decidido suspender las funciones a partir de este próximo jueves 13 de febrero y reinaugurar este complejo emblemático del cine argentino una vez puesto en valor completamente, el jueves 9 de abril", arranca el comunicado oficial emitido por el organismo de cine.

El complejo abrirá en una fecha clave y será una de las sedes del 22º BAFICI, que se realizará del 15 al 26 de abril. La decisión significará una complicación importante para muchos productores y directores de películas independientes que dependen del Gaumont para su exhibición en la Ciudad de Buenos Aires.

Los principales perjudicados son los trabajadores

Frente la suspensión del Gaumont, fuentes confiables revelaron a El Destape que el INCAA ofreció a los cineastas que deseen estrenar la sala ENERC, que cuenta con la misma capacidad que las salas 2 o 3 del complejo, Más allá de esto, el cierre del cine significa un problema grave para los y las cineastas. ¿Por qué? El Gaumont concentra la mayoría de los estrenos argentinos e infinidad de productoras y distribuidoras independientes solo ven en este espacio una verdadera chance de que sus trabajos puedan mantenerse en cartel.

Mientras la cantidad de espectadores de cine sube, la concentración de exhibición del mercado se acentúa en manos de las Majors, quienes copan la industria con los grandes tanques del exterior. Esto, sumado a que la cuota de pantalla (una película nacional por semana, por pantalla y por zona) no se cumple en absoluto y hace que, pese al éxito de poquísimos tanques (que, irónicamente, reciben parte de la financiación del extranjero) producidos en Argentina, la industria pierda contra el mercado globalizado. Solo un 13% de cine nacional ocupa la pantalla de las salas argentinas, un indicador bajísimo al cual se le debe prestar atención.

El cine, antes de mercado, es un constructor de identidades que habla de nuestra realidad y es parte de nuestra historia. Si descuidamos el cine hecho por argentinos, descuidamos una parte fundamental de quienes somos como país. No podemos dejar que esto suceda y debemos exigir que quienes se ocuparon de desahuciar a la institución, paguen. La mayoría de las producciones hechas en Argentina se sostienen principalmente por apoyo del Estado. Si el Estado hace la vista gorda, ¿quién sostiene nuestro patrimonio cultural?