El 29 de enero de 2016, en su primera conferencia de prensa con motivo del tarifazo eléctrico, el ex ministro de Energía Juan José Aranguren expresó: "Podemos ver que en los últimos años ha habido una transferencia del Estado nacional hacia los consumidores tratando de mantener un precio bajo de la generación de la energía eléctrica que alcanzó un total en 13 años un total de 51.000 millones de dólares… Y con ese total podríamos haber construido casi 36.000 jardines de infantes…".
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Más allá de destacar la queja de la "transferencia del Estado nacional hacia los consumidores", esto es, dinero que el Estado coloca en el bolsillo de la ciudadanía para su beneficio y la salud del mercado interno, nos interesa aquí rescatar el parámetro "Jardín de Infantes".
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Lo bien que haría el presidente Mauricio Macri en graficarnos cuánto perdieron "las prioridades del Estado" en gastos de combustibles que podríamos haber elaborado localmente. Sobre todo, en estos tiempos difíciles desde el punto de vista climatológico y sus "tormentas" interminables. A los efectos de ahorrarle tiempo en cálculos a sus asesores, vayan los resultados del parámetro "Jardín de Infantes" aplicado a la anarquía de mercado en el downstream argentino: en el primer semestre del corriente nos privamos de construir 174 jardines de infantes; mientras que 36 solamente en el mes de junio, primero de la gestión Iguacel.
Dividiendo los 51.000 millones de dólares por los 35.800 citados establecimientos que podrían haberse construido con dicho volumen de dinero, tenemos que cada jardín de infante costaba entonces 1.424.581 millones de dólares.
Simplifiquemos el análisis y asumamos que, dos años después, el monto en dólares no varió. Ahora, apliquemos el parámetro "Jardín de Infantes" a las mayores erogaciones de combustibles importados entre 2017 y 2018, durante los primeros semestres.
Tal y como hemos informado, entre dichos períodos, el gasto en compras de nafta y gasoil extranjeros ascendieron de 503,8 millones de la moneda estadounidense a 751,3 millones. La diferencia: 247,5 millones. Con ese dinero, utilizado por las empresas para fomentar el empleo y la rentabilidad de la industria de la refinación en EE.UU., Europa y Asia, se podrían haber construido en la Argentina unos 174 jardines de infante solamente en el primer semestre del corriente año.
Finalmente, y desde la asunción del nuevo CEO-ministro, Javier Iguacel, solamente en el mes de junio las erogaciones por importaciones de nafta y gasoil crecieron 55% en relación al mismo mes del año pasado. En dólares, saltaron de 92,6 millones a 143,5 millones. Con esa diferencia (50,8) se podrían haber construido 36 jardines de infantes nada más que en junio.
Siguiendo la línea del copete de la nota de Clarín, lo bien que haría el presidente en graficarnos cuánto perdieron "las prioridades del Estado" en gastos de combustibles que podríamos haber elaborado localmente. Sobre todo, en estos tiempos difíciles desde el punto de vista climatológico y sus "tormentas" interminables.
A los efectos de ahorrarle tiempo en cálculos a sus asesores, vayan los resultados del parámetro "Jardín de Infantes" aplicado a la anarquía de mercado en el downstream argentino: en el primer semestre del corriente nos privamos de construir 174 jardines de infantes; mientras que 36 solamente en el mes de junio, primero de la gestión Iguacel.