Uno de los ocho rugbiers detenidos por el homicidio de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell admitió que no quisieron matar al joven esa noche. Durante la audiencia encabezada por el juez David Mancinelli, que se llevó a cabo este jueves, el único en hablar fue Blas Cinalli que expresó: "Yo lo único que quiero decir es que ninguno de nosotros quiso que pase lo que pasó”. Mientras tanto, Máximo Thomsen, acusado de co-autor del crimen, lloraba a su lado.
Las fuentes aclararon que esos dichos no cuentan como declaración formal en la causa y recordaron que en la indagatoria ante la fiscal de Villa Gesell, Verónica Zamboni, los diez rugbiers imputados se negaron a declarar respecto de lo ocurrido el 18 de enero último en la puerta del boliche Le Brique.
La defensa de los rugbiers, que está a cargo de Hugo Tomei, dijo que pedirá que, en caso de confirmarse la prisión preventiva para todos o algunos de ellos, puedan cumplirla bajo arresto domiciliario y con monitoreo electrónico. Fabián Améndola, uno de los abogados de la familia Báez Sosa, por su lado, explicó que pidieron que a la acusación fiscal por homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o mas personas se sumen los agravantes de "alevosía" y "homicidio por placer". Hoy el juez dará a conocer su resolución.