Se cumplen 10 años de la muerte de Sandro, el ídolo de la música argentina que conquistó al mundo

Partió el 4 de enero de 2010, dejando un legado de 200 discos grabados y una decena de películas.

03 de enero, 2020 | 18.47

Hace 10 años moría Roberto Sánchez,  mejor conocido como Sandro, y la Argentina se vestía de luto para despedir a uno de los máximos referentes de la canción popular, pionero del rock and roll en castellano, y un pilar de la balada romántica. Víctima de un enfisema pulmonar que contrajo tras haber sido sometido a un doble trasplante de corazón y pulmón, falleció el 4 de enero de 2010 en Mendoza. Dejó un legado de grandes éxitos como Rosa Rosa, Porque yo te amo, Tengo, Dame el fuego de tu amor, entre tantas otras, y participó en una decena de películas.

Oriundo de Valentín Alsina, Sandro quedó impactado con la figura de Elvis Presley, a quien comenzó a imitar en la década del '50 y marcó por completo su estilo. Roberto Sánchez sobresalió entre los artistas de su época por su mezcla de sensualidad y humildad, que cautivaba el corazón de las fanáticas y colmaba estadios: arrancó en el rock con Los de Fuego, lo que le valió el apodo de "Elvis criollo"; y su consagración total llego como cantante romántico, con sus picarescas miradas. A finales de los '60 y durante los '70 encabezó alrededor de 15 producciones como forma de promocionar sus discos. Operación Rosa Rosa, Subí que te llevo, Muchacho, Quiero llenarme de ti y Embrujo de amor, fueron algunos de los éxitos que "El Gitano" acumuló en su filmografía.

Poco se sabía de la vida privada del artista: a sus seguidoras se las conocía como "Las nenas", y su casa de Banfield fue un sitio de reunión obligatorio para ellas cada 19 de agosto, día de su cumpleaños. Contrajo matrimonio legal en 2007 con Olga Garaventa, su única esposa.

El gran éxito alcanzado a lo largo de los '70 le sirvió para hacerse un lugar en el movimiento del rock argentino, al que ayudó a partir de su asociación para regentear La Cueva, el mítico reducto que albergó a las primeras exponentes del género, como Javier Martínez, Billy Bond y Pappo. Luego de este suceso, Sandro se dedicó por completo a la canción romántica, faceta que lo proyectó a nivel internacional con gran éxito de ventas.

La última etapa de su vida estuvo marcada por reiterativos problemas de salud que lo fueron alejando de los escenarios. La muerte surgió inevitable hacía fines de 2009, producto de una infección pulmonar, y el 4 de enero de 2010 abandonaba el plano terrestre. Una cosa sigue igual y se resiste al paso del tiempo: su mítica cadencia de ídolo popular, que lo inmortalizó como un artista fundamental en la historia de la música nacional.




 

 

 

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