Santa Fe: el vínculo D'Alessio-Los Monos y el impacto en la campaña electoral

23 de marzo, 2019 | 17.51

La sombra del operador Marcelo D'Alessio se proyectó hasta Rosario y comienza a reconfigurar el clima de campaña en Santa Fe. La revelación de las reuniones del extorsionador con integrantes de la banda Los Monos se sumó a otros episodios atípicos ocurridos en las últimas semanas, como una diputada cercana a Elisa Carrió viralizando una foto que podría ser (o no) parte de una operación de campaña sucia, o la suspensión de tres periodistas del aire de una radio por el presunto pedido de un legislador macrista descontento con lo que se decía sobre la posible participación del gobierno nacional en ambos episodios.

La causa que investiga el juez federal Alejo Ramos Padilla sobre posibles extorsiones de D'Alessio y el fiscal Carlos Stornelli a empresarios para no incluirlos en la causa de las fotocopias de los cuadernos arrojó un dato novedoso: en su exposición en el Congreso, el magistrado reveló que halló una carpeta con el nombre de "narcotráfico Rosario" en la computadora del falso abogado. Está documentado, según reveló el colega Agustín Lago de Radio 2, que D'Alessio visitó dos veces a "Monchi", el alias de Ramón Machuca, uno de los miembros de la familia de barrio La Granada, durante el juicio oral en el que fue condenado. En una oportunidad, en febrero de 2018, el operador incluso entró al Centro de Justicia Penal donde se desarrollaban las audiencias acompañando a sus abogados.

El Frente Progresista, que poco había opinado sobre el que podría ser uno de los mayores escándalos institucionales desde la vuelta de la democracia, fue el que tomó la iniciativa para capitalizar en campaña la nueva información, y así reconvertir la confusión que generó la aparición de la foto del candidato Antonio Bonfatti con Lorena Verdún, la viuda del "Pájaro" Cantero, asesinado líder de Los Monos. El oficialismo santafesino asegura que la intención del presunto espía era articular una operación en contra del gobierno provincial, y rubricó esas sospechas con dos denuncias (una en el fuero local y otro en el federal) para que se investiguen los hechos.

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MANO DERECHA

"Aparentemente, le dijo a Cantero que si no hacía algunas acciones puntuales en contra de la Provincia se le iban a mover determinadas causas", expresó el ministro de Justicia de Santa Fe, Ricardo Silberstein. Según trascendió, aunque no hay elementos contundentes por el momento que lo prueben con exactitud, la intención era realizarle una falsa cámara oculta en la que se revelara supuesta información contra el gobierno santafesino. Algunas versiones indican que el falso abogado, que se habría contactado con Cantero a través de Verdún, se presentó como “la mano derecha de Mauricio Macri en el tema del narcotráfico”.

El ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, hizo referencia además a las múltiples balaceras ocurridas durante todo el año pasado a edificios de la Justicia, el Concejo Municipal, así como viviendas de jueces, fiscales y empleados del Poder Judicial con actuación en la causa de Los Monos. Por al menos nueve de estos ataques el hermanastro de “Monchi”, Ariel "Guille" Cantero, que permanece tras las rejas desde 2013, está imputado como ideólogo.

En ese sentido, dijo que se sospecha que el software usado para averiguar los domicilios indicaría la participación de terceros fuera de la cárcel -podrían ser agentes de inteligencia- detrás de la planificación de los ataques. La Justicia de Dolores no encontró por el momento información de ese tipo en los elementos allanados a quien se presentaba como agente de la DEA. Pero lo que desliza la gestión santafesina, sin afirmarlo para no ser temerarios, es que el gobierno nacional está detrás de todo: "Arriba de D’Alessio hay personajes más importantes de la política", aseguró Miguel Lifschitz durante la semana.

LOS MONOS

El abogado de “Monchi”, Carlos Edwards, relató que el falso abogado quiso extorsionarlo con armarle una causa federal (cosa que finalmente ocurrió), por lo que también presentó un escrito pidiendo que se investigue. Pero esta denuncia va en sentido contrario a la del Frente Progresista: quieren investigar si existe vinculación entre la causa que instruyó el juez Juan Carlos Vienna, por la que fueron condenados los integrantes de la banda, y las operaciones de inteligencia que realizaba D’Alessio, que según reveló en su segunda indagatoria ante Ramos Padilla incluye filmaciones, fotografías áreas, planillas de llamadas, historial migratorio y entrevistas encubiertas.

Para Edwards, la descripción de los puntos que contiene el informe de inteligencia descubierto en el allanamiento podría ser la prueba de que los datos de la investigación que metió presos a los miembros del clan se obtuvieron de manera ilegal a través del espía. “También le han atribuido (a D’Alessio) que las investigaciones eran para jueces y fiscales. ¿Eran para Vienna?”, se preguntó el letrado, que sospecha que el hombre podría haber trabajado para la ex División Judiciales que respondía al juez durante la pesquisa.

Esta afirmación podría ser solo una jugada para desacreditar la investigación, pero también tiene verosimilitud. Juan Bidone, un fiscal apartado de su cargo bajo sospecha de cometer los mismos delitos que se le imputan a Stornelli, aceptó en su declaración que también recibía información de D’Alessio, y que el presunto agente le mostró “algunos trabajos relacionados con la causa Los Monos que había realizado con gente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI)”.

En un barrio popular ubicado a metros del City Center, el lujoso casino donde se casó Lionel Messi, Los Monos (un nombre puesto por la policía y la prensa que ellos no reconocen como propio) forjaron desde fines de los 90, con ferocidad y complicidad policial, pero también con Inteligencia para innovar en la forma de expandirse y comercializar, un dominio importante en el negocio de la droga en Rosario. Su apogeo, de la mano de la introducción del búnker como modo de venta (luego reemplazado por el delivery), comenzó a declinar cuando comenzó la guerra que regó de sangre las calles de Rosario desde 2012. Ese año mataron a Martín "Fantasma" Paz, cuñado del “Pájaro” y socio de negocios de los Cantero, en lo que se leyó como un ajuste por un "vuelto" o por intención de independizarse. Meses después asesinarían al líder mono y se desataría una feroz venganza.

VIENNA Y PAZ

El enfrentamiento de los Cantero con el polémico Vienna es de larga data y tiene que ver con la cercanía del juez con Luis Paz, archienemigo de Los Monos y padre del “Fantasma”. “Monchi”, cuando estaba prófugo, acusó a Vienna –investigaba participación del clan en el homicidio del “Fantasma”- de viajar con Paz a Las Vegas a ver una pelea juntos, lo que probaba una relación de amistad incompatible con el rol que le tocaba en la causa. Los Monos siempre sostuvieron que Paz había sido el ideólogo del asesinato de su cabecilla. Paz, a su vez, los culpaba por la muerte de su hijo.

Para probar la relación promiscua, Cantero mostró planillas de la Dirección Nacional de Migraciones y fotografías que mostraban al padre del asesinado y al magistrado saliendo juntos del país y luego sentados en asientos contiguos en una pelea de box en Las Vegas. El juez terminó fuera de la causa y la misma fue retomada por la actual diputada del PJ Alejandra Rodenas, que la encausó hacia el juicio oral, aunque Vienna fue salvado de la remoción con un oportuno pase del viejo sistema judicial santafesino al nuevo. Luis Paz, en tanto, terminaría preso en 2018, sospechado de traficar drogas y lavar dinero.

Durante esos tres años, “Monchi” se burló varias veces del gobierno del Frente Progresista, del magistrado y de la policía, incluso dando notas televisivas disfrazado mientras lo buscaban. Todos le terminarían cobrando esa provocación. La policía lo encontró en el conurbano bonaerense, el socialismo convirtió a su familia en sinónimo de delincuencia al elegirlos como enemigos públicos en la retórica antinarco, y la Justicia provincial condenó a 19 miembros de la banda a penas entre los 3 y los 37 años de prisión, esta última para “el Mabu”, como se hacía llamar mientras estaba prófugo: el más buscado. La Justicia federal, en tanto, demoró años en armarles una causa por narcotráfico. Recién a fines de 2015 juntó las pruebas para montar "Los Patrones", por la que fueron condenados en diciembre del año pasado.

ACUERDO FALLIDO

Un referente rosarino del PRO dijo a El Destape cuando apareció la foto de Verdún que detrás del encono de los Cantero con el gobierno provincial se encuentra el fracaso del acuerdo abreviado. "Es probable que haya alguna devolución mafiosa luego de que eso no prosperara, no es lo mismo salir a los 9 años que comerse 22", deslizó.

Procuraremos explicar la referencia. Bonfatti era gobernador durante el momento en que Los Monos comenzaron a ocupar la primera plana de los diarios. Bajo su gestión se produjo el récord de homicidios dolosos en las calles del Gran Rosario, con 264 muertos. La policía comenzó a estar en la mira por complicidades con el narco, como lo prueban las condenas a ocho uniformados en el juicio a la banda. En ese marco, en 2015 la Justicia provincial tomó una determinación que disparó un escándalo.

Quizás como una forma de mostrar resultados rápidos contra los que habían sido sindicados por el poder político como los culpables de todos los males, y en un contexto de creciente protesta ciudadana por la crisis de inseguridad que se palpitaba en las calles, se llegó a un acuerdo de juicio abreviado con los integrantes de la banda, quienes reconocían los delitos (asociación ilícita, portación de arma de fuego y un asesinato) a cambio de penas muy bajas, que promediaban los tres años. Finalmente, y ante la presión política y mediática generada, la Justicia echaría por tierra el acuerdo. Producto de estas idas y venidas, Guille Cantero, otro de los cabecillas, vio elevada su pena de 9 a 22 años.

La fuente cree que, en el marco de una Justicia provincial en la que los fiscales actúan mirando de reojo al poder político, eso "rompió un pacto" que permitía a todas las partes salir beneficiadas, una por poder mostrar la foto de Los Monos condenados, y la otra por morigerar las penas. A partir de allí, se volvieron a tensar los cruces, cuyos ecos hoy vuelven a aparecer en medio de la campaña.

“SOBREACTUACIÓN”

En este panorama, hubo mucha cautela -en la pública- de parte de las otras fuerzas políticas. Pero está claro que algunos ven detrás de la construcción y los argumentos del Frente Progresista una reacción que tiene que ver con la campaña, porque las dos fuerzas opositoras lanzaron lecturas coincidentes.

"D'Alessio pudo haber hecho cualquier cosa. Pero también creo los socialistas fuman abajo del agua ¿Dónde está acreditado que este servilleta quería hacer una operación con “Monchi” para perjudicarlos? Le sacan jugo a las piedras, con todos los problemas de inseguridad y violencia que hay en Rosario le dan visibilidad a esto para justificarlo", comentó molesto un dirigente del peronismo con vasto conocimiento del tópico narcotráfico.

Desde Cambiemos opinaron en un sentido similar. “Es una sobreactuación ridícula. El socialismo quedó pegado con la foto de Bonfatti con Verdún y ahora se agarra desesperadamente de esto para victimizarse", dijo un dirigente en estricto off. “En definitiva, plantean cosas que la gente no entiende y vuelven a citar a Los Monos, lo que a mi juicio los perjudica. Les suma cero”, analizó.

La inseguridad y la delincuencia se encuentran en Rosario en el primer lugar de todas las encuestas sobre los problemas de la provincia y la ciudad. Si el candidato del Frente Progresista hace una buena elección, podrá decirse que la estrategia de poner este tema en tal alto nivel mediático funcionó. Por ahora, la realidad es que las encuestas no le están dando mal.

*Nicolás Maggi es corresponsal de El Destape en Santa Fe.