El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, realizó una gira por cuatro países de América Latina marcando claramente las diferencias en política exterior con su antecesor Mariano Rajoy.
Si bien los representantes de los dos partidos mayoritarios españoles impulsan los intereses comerciales de sus empresas de bandera que tienen una gran presencia en América Latina, la voz de la política muestra los cambios que se produjeron en España desde que Rajoy fue destituido el 1 de junio de este año.
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Su primer destino fue Chile y allí sus expresiones tuvieron un alto contenido político con gestos fuertes en lo simbólico. Mientras en España se debate la iniciativa de Sánchez de sacar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, no parece casual que durante su corta visita a Chile se tomara el tiempo de visitar el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Este museo, inaugurado en 2010 durante la primera presidencia de Michelle Bachelet, recuerda los crímenes cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet y es una marca de gestión de la expresidenta socialista. No contento con eso, visitó a la senadora Isabel Allende, hija del derrocado presidente, y comentó que siendo niño lo había conmovido el último y famoso discurso de Salvador Allende del 11 de septiembre de 1973, transmitido por una radio, en momentos que los militares bombardeaban el Palacio de la Moneda y otras partes de la capital Santiago.
Paradojas de la historia, Sánchez visitó el Museo mientras gobierna Chile Sebastián Piñera, ideológicamente mucho más cercano al pensamiento de Mariano Rajoy.
Y las diferencias entre Sánchez y Piñera afloraron al analizar la situación en Venezuela. Mientras Piñera, en sintonía con otros presidentes de derecha de la región, insiste en no reconocer la legitimidad del presidente Nicolás Maduro, Sánchez planteó que los problemas de los venezolanos debían ser resueltos por ellos mismos, en una línea mucho más cercana a la del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que permanentemente viaja a Caracas para mediar entre el gobierno y la oposición.
Y aunque respecto de Venezuela planteó la no injerencia en los asuntos internos, en el caso de Colombia se ofreció para ayudar en el proceso de paz entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, el ELN, y que España sea sede de eventuales negociaciones.
Evo Morales, en su reunión con Sánchez fue muy claro al decir que estaban en “otros tiempos” y que “lo pasado pisado”, en alusión a las diferencias y roces que tenía Bolivia con Mariano Rajoy.
Los intereses económicos de España suelen ir por un mismo andarivel, pero la diferencia —en última instancia y como siempre— está en la política.
Nota publicada en CNN en Español.