Cuando aún no era presidente, Mauricio Macri había dicho que, en caso de serlo, “eliminar la inflación sería lo más fácil que tenga que hacer”. Sin embargo, tres años después, se puede ver que sus augurios no estuvieron ni cerca de ser realidad. Es que hoy se conoció la inflación de 2018, que fue del 47,6% y la más alta en 27 años.
La pérdida del salario real cada día crece más y más. Si bien algunos gremios fuertes lograron en 2018 paritarias cercanas (y en algunos casos mayores) al 40%, ninguna paritaria se ubicó por encima del 47,6%. Los que más se acercaron a la inflación fueron Bancarios (46%), Construcción (40%), Metalúrgicos (40%), Entidades Civiles y Deportivas (45,7%, pero por 15 meses), SMATA (40%), Comercio (45%) y Estaciones de Servicio (40%).
Los únicos que lograron empatar a la inflación fueron tres acuerdos firmados por la Federación de Trabajadores de Sanidad (FATSA - Héctor Daer) para las ramas Laboratorios, Droguerías y Hospitales Privados de la Comunidad, porque en ellos se incluyó una cláusula gatillo.
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En Laboratorios y Droguerías se había negociado un 35% y ahora, tras el dato del IPC de diciembre, se va a adicionar un 12,6% para equiparar la inflación. En Hospitales Privados de la Comunidad se negoció un 45% y la cláusula gatillo aplica en marzo, en donde se aplicará un adicional del 2,6% para llegar al IPC anual. El sector público nacional, por su parte, quedó totalmente desfasado, en el 25%
Frente a este panorama, Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA, dialogó con El Destape y marcó que “en 2018 todos corrimos desde atrás". En ese sentido, sumó: "Los primeros acuerdos salariales arrancaron fijando aumentos del 15%. Luego empezaron revisiones y revisiones, siempre corriendo de atrás".
Campos marcó que la caída del poder adquisitivo se debió "al fracaso macroeconómico del gobierno en el 2018” y aseguró que "la única forma de haber resistido eso hubiera sido con cláusulas gatillo atadas a la inflación". Uno de los ejemplos que mencionó fue el de Sanidad en esas tres ramas. "Hubo muchísima resistencia de parte del Ministerio de Trabajo. No querían ni oír hablar de ese tipo de cláusulas. No sé cómo habrá hecho Daer para que se la homologuen”, apuntó.
Además, opinó sobre cómo serán las negociaciones de este año: “Me parece que en el sector privado lo que se viene es cierta prudencia en términos de negociar por plazos cortos o a lo sumo imponer cláusulas de revisión dentro de pocos meses". Y advirtió: "Estuvo circulando que la 'pauta' del Ministerio sería del 23%, de hecho ya hay algunos acuerdos que firmaron por ese número, pero me parece que incluso los que firman eso saben que más temprano que tarde lo van a terminar revisando en función de cómo vaya evolucionando la inflación”.
Por último, señaló que este año "no hay mucha chance de que incluyan cláusulas gatillo" y esto se debe, según analizó, "a que si las atan a la inflación anual eso postergaría los aumentos hasta enero del 2020 y porque definitivamente al programa macroeconómico del gobierno no le cierran esas cláusulas”. Y concluyó: “Para el Ministerio es mucho mejor cerrar aumentos del 23%, mostrar que tiene la situación más o menos controlada, y en todo caso más adelante, y como parte de su estrategia electoral, abrir la cancha para aumentos adicionales que poner estas clausulas”.