De la macumba castrista de CFK al Estado chavista de Nueva York, pasando por otro #MilagroAlbertista y #JeSuisCoto, a la meritocracia de bajar sueldos, resumen de otra semana trepidante
El viernes pasado, al abrirse los bancos para que los jubilados y titulares de la AUH pudieran cobrar sus haberes, se produjeron enormes filas de espera, violando las normas del aislamiento social. La mezcla del mediocre servicio bancario y la imprevisión de la ANSES y el Banco Central generó un caos logístico, en particular para el 5% de los jubilados que no cobra por tarjeta. Para evitar un nuevo error y una nueva furia presidencial, el Banco Central estableció horarios especiales para jubilados y pensionados, ordenados según la terminación del DNI y dispuso acciones sumarias a las entidades financieras que no han prestado el servicio acorde a las circunstancias.
La crítica de los medios serios no se hizo esperar, aunque sólo se centró en la componente oficial del desborde, olvidando la activa participación de las entidades financieras. Que sólo un puñado de los bancos paguen haberes o que la atención lamentable no sea acorde con las generosas comisiones que retienen no parece preocupar a dichos medios. Un olvido, sin duda.
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Algunos terraplanistas señalaron que, como fue un error agrupar a tantos jubilados en un mismo lugar, la solución sería terminar con la cuarentena. Es decir, para corregir un error deberíamos amplificarlo.
El error oficial logró otro #MilagroAlbertista: interesar a la oposición de Juntos por el Cambio por el bienestar de los jubilados. Desde su cuenta de twitter, la ex ministra Pum Pum afirmó: “Exponer a nuestros jubilados a hacer filas de más de 10 cuadras no es cuidarlos frente a la pandemia”, una crítica atendible. No propuso, en cambio, ni reducir un 13% los haberes de esos jubilados, como cuando fue ministra de Fernando De la Rúa, ni tampoco mandarlos a reprimir con gases y balas de goma, como cuando era ministra de Mauricio Macri. La oposición mejora a nuestra derecha, digamos todo.
Frente a un mundo en el que “el mercado desapareció”, como afirmó el economista Emmanuel Álvarez Agis, los estados cobran cada vez más protagonismo. Irlanda estatizó los hospitales privados mientras dure la pandemia y el estado de Nueva York ordenó confiscar los respiradores de los hospitales privados. “Necesitamos redistribuir los respiradores en todo el sistema. Hay hospitales que tienen respiradores y materiales, empresas del sector privado, que no los están usando”, afirmó el gobernador Andrew Cuomo.
En Argentina, sin embargo, nuestros medios serios nos alertan sobre las intenciones satánicas del gobierno al querer regular más el sector privado. Para el ineludible Edu Feinmann, “Alberto cambió desde que CFK regresó de Cuba, se hizo chavista”. No descartamos que la Vicepresidenta lo haya hipnotizado con algún tipo de macumba castrista o algún respirador marxista.
Asistimos a un nuevo Nado Sincronizado Independiente (NSI), en el que de forma independiente, nuestros periodistas serios salen masivamente en defensa de los más débiles: Techint, Swiss Medical o Coto. En una entrevista que supera en loca pasión y carne trémula a las que Luis Majul solía hacerle a Mauricio Macri, Luis Novaresio presentó a Claudio Belocopitt como “titular de la Unión Argentina de la Salud". Que Belocopitt sea, además, dueño de Swiss Medical y del canal en el que lo entrevistaban no fue una información que Novaresio y el resto del equipo de Animales Sueltos consideraran importante transmitirle a su audiencia. Otro olvido, sin duda.
La crisis nos trajo de vuelta otra idea zombie, como llama el economista Paul Krugman a las ideas refutadas y “muertas” pero que siguen caminando. Se trata de reducir los sueldos públicos para salir de la crisis. De esa forma, desde los mismos balcones que aplauden a los funcionarios públicos que batallan contra la pandemia, cacerolean para que ganen menos. Una meritocracia peculiar.
En todo caso, ese Estado chavista que denuncian nuestros terraplanistas se cobró una nueva víctima. En Ramos Mejía, los inspectores municipales clausuraron un supermercado Coto. Con comprensible encono, Alfredo Coto organizó un piquete frente al establecimiento, violando la cuarentena, para denunciar al intendente de La Matanza argumentando que se trata de un “tecnicismo”. Tiene razón, ¿acaso el dueño de una cadena de hipermercados es un ciudadano común como para andar respetando las normas establecidas? Tal vez inspirada por la ductilidad de Novaresio frente a Belocopitt, la incansable Cristina Pérez le preguntó a Coto: "¿Qué cree usted que hay detrás de esta negativa política que usted plantea como un capricho?". Tratamos de imaginar cual sería la reacción de la conocida periodista de Telefé y del resto de los medios serios que salió en defensa del gran anunciante Alfredo Coto si el piquete hubiera sido organizado por gente que reclamaba por comida y un escalofrío nos recorre la espalda.
Es todo muy complejo, ya no sabemos si nuestros cartelitos deben decir #JeSuisTechint, #JeSuisSwissMedical, #JeSuisCoto o un mix de todo.
Imagen: Falsos médicos cubanos posan con respiradores marxistas (cortesía Fundación LED para el tratamiento de la Fundación LED)