El canciller argentino, Héctor Timerman, envió ayer a las autoridades de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) una carta en la que presenta su "renuncia indeclinable" como socio a la mutual israelita y, a su vez, reclama que la DAIA retire el derecho a hablar en su nombre. Dirigentes de las entidades judías pedían su remoción desde la firma del Memorándum de entendimiento con Irán.
El canciller fundamentó su dimisión por considerar que tanto la AMIA como la DAIA "con su accionar obstruccionista continúan impidiendo el avance en la investigación del criminal atentado terrorista ocurrido el 18 de julio de 1994", en referencia al ataque a la AMIA.
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A la vez, añadió, ambas instituciones de la comunidad judía "alimentan, tal vez sin desearlo, campañas de quienes pretenden usar dicha tragedia para fines contrarios a los intereses nacionales.tanto polícos como económicos y sociales".
Timerman consideró que "la intención" los dirigentes de ambas instituciones es "mantener la denuncia contra los sospechosos y al mismo tiempo boicotear toda posibilidad de iniciar el juicio comenzando con obstaculizar los instrumentos de cooperación judicial acordados con Irán".
El funcionario cuestionó que ambas entidades hayan estado en contra de la constitucionalidad del acuerdo con irán en la reciente audiencia en la Cámara de casación, mientras que dos organizaciones de víctimas del atentado se muestran a favor de la constitucionalidad.
El canciller concluyó su carta con fuertes críticas: "No alcanza con organizar actos una vez al año. No alcanza con reclamar Justicia, menos alcanza con invitar a oradores sinvergüenzas que se arrogan el derecho de definir traidores y leales, si al mismo tiempo la dirigencia comunitaria impide que avance la causa judicial".