Renunció el fiscal Eduardo Miragaya, quien trabajó en la AFI macrista y fue acusado de diversas operaciones políticas

Coincidencias del destino. Se terminaron los fondos reservados en la AFI, se modificaron las jubilaciones de los funcionarios judiciales y el fiscal y ex espía, Eduardo Miragaya, acusado de diversas operaciones políticas que favorecieron al macrismo, dejó su cargo en el Ministerio Público Fiscal. Presentó su renuncia, según el documento al que accedió El Destape, para acogerse al beneficio jubilatorio. Su dimisión se hizo efectiva desde el 28 de febrero, de acuerdo a la resolución PER N°189 /20, firmada por el Procurador General interino, Eduardo Casal. Ahora resta que esta decisión se publique en el Boletín Oficial.

Miragaya era Fiscal General Adjunto y cumplía funciones en la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente. Pero eso era una pantalla para reciclarse. Quienes conocen el submundo judicial, los sótanos de la democracia de los que habló el presidente Alberto Fernández, saben que Miragaya era uno de sus habitantes permanentes. En los próximos 30 días hábiles deberá presentar una nueva Declaración Jurada Patrimonial, “en calidad de baja”. La gran incógnita es si dejará efectivamente el mundo del espionaje que, todos saben, no se ejerce exclusivamente desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).

Miragaya es un fiscal que durante el macrismo se tomó licencia y pasó a prestar servicios en la AFI. Su nombre apareció más de una vez en medios y causas judiciales ya que se le adjudicó participación en distintas operaciones de inteligencia que buscaban perjudicar al kirchnerismo. Operó en tiempos de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.

Según aseguraron los ex señor 5 y señora 8 de la AFI ante la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de los Organismos de Inteligencia, Miragaya ingresó a La Casa de espías alrededor de febrero de 2016.

Majdalani, quien por entonces era subdirectora de la AFI, aseguró ante esa comisión bicameral que el agente dejó de prestar funciones entre agosto y septiembre 2017 porque “no quisimos que continúe. No le renovamos más el contrato”. Durante aquella sesión de la comisión de control, el diputado Leopoldo Moreau, quiso conocer las razones de esa resolución. “La turca”, como se conoce a Majdalani, le respondió: “Porque no nos gustaba el trabajo que efectuaba”.

Miragaya fue vinculado a distintas maniobras que tienen la huella de la AFI. Una de ellas fue una avanzada mediático-judicial contra el juez federal Sebastián Casanello, de quien se dijo que estuvo en la Quinta de Olivos reunido con la entonces presidenta Cristina Fernández, algo que era absolutamente falso. Esto motivó una nueva causa judicial, en la que fueron procesados dos personas por mentir en una testimonial. Se trata de Carlos Scozzino y Gabriel Corizzo. Ambos habían dicho que vieron al magistrado en la residencia presidencial. El nombre de Miragaya se mencionó en aquel expediente pero por ahora se benefició con una falta de mérito.

Por ese oscuro entramado, durante la visita a la bicameral de inteligencia de Majdalani y Gustavo Arribas, titular de la AFI y amigo del presidente Mauricio Macri, Moreau interrogó: “En ese trabajo que efectuaba Miragaya, ¿armó una causa contra el juez Casanello?”. “Nosotros conocemos lo que dicen los medios, si armó una causa o no, no lo sabemos. Sabemos que estuvo acusado y sabemos que fue sobreseído”, contestó Majdalani.

Otro episodio donde volvió a aparecer Miragaya fue en el marco del D’Alessiogate. Su nombre se relacionó, por ejemplo, con la “Operación Jaitt” y se mencionó en algunas declaraciones, como la de la abogada de Leonardo Fariña, Giselle Robles. 

También el conductor Jorge Rial, vinculó a este fiscal espía con una operación de Clarín en su contra. "A mi me operaron dos veces en los medios. La primera vez fue el gordo Wiñazki", afirmó Rial en una entrevista que le realizó Dady Brieva en un ciclo de entrevistas que realizó El Destape. "Me tiraron por la cabeza que en Big Bang News mi socio era Lázaro Báez”, explicó. “Los servicios de inteligencia fueron los que tiraron esto”, dijo y vinculó a los servicios luego de mostrar un mensaje que el exagente Miragaya le envió en su momento a Daniel Vila, dueño de América.

Desde la caída en desgracia en la AFI, Miragaya volvió al Ministerio Público Fiscal. Así se desprende de una resolución burocrática, firmada en abril de 2017 por la entonces procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbo, quien lo envió a su regreso a la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente (Ufima). Entonces, el nombre del exespía no se había relacionado a distintas operaciones sucias de la exSIDE. Esa información explotó públicamente durante la gestión del interino Eduardo Casal y a pesar de que se conocieron varios hechos que comprometieron a Miragaya, siguió prestando funciones en esa dependencia hasta el pasado 28 de febrero, cuando decidió jubilarse.  

Otros casos

Además de Miragaya hubo más de una decena de fiscales que decidieron renunciar para acogerse a la jubilación. No obstante, no todos los que habían anunciado que iban a dejar el cargo (en total eran 21, según habían informado a este medio desde la Procuración General) efectivamente dimitieron. Las mismas fuentes aseguraron que hasta el momento se aceptaron 15 partidas. Las modificaciones que se le realizaron en la Cámara de Diputados al proyecto que aborda el Régimen Previsional Especial de los Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial llevaron a que muchos de los protagonistas repensaran su dimisión. Un caso emblemático es el del fiscal ante la Cámara Federal de Casación Penal, Raúl Plee, quien había dicho públicamente que abandonaría el cargo y ahora desde el MPF confirmaron a El Destape que finalmente retiró su renuncia.