A partir de la reglamentación de la reforma previsional, aprobada en diciembre pasado en medio de una fuerte represión en los alrededores del Congreso, se desprende que ya no es obligatorio jubilarse a los 60 o 65 años, sino a los 70. La nueva fórmula comenzará a regir a partir del 1 de marzo.
La norma establece que partir de los 70 años el empleados contará con la posibilidad de intimar al empleado para que inicie los trámites jubilatorios para dar fin al contrato de trabajo, sin contemplar indemnización por antigüedad.
Además, el Gobierno deja sin efecto las intimaciones que fueron enviadas antes de la aprobación de la ley. Esto recae sobre personas de 65 años que cuentan 30 años de aporte.
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Por otra parte, el decreto establece que aquellos trabajadores de 65 años y 30 años de aportes, no tendrán derecho al pago de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), en caso de optar por seguir trabajando sin tramitar el alta del haber jubilatorio.
La nueva disposición establece un leve aumento en las jubilaciones y asignaciones por hijo del orden del 5,7 %. Según el diario Clarín, con la nueva ley previsional, el Gobierno recortó $ 100.000 millones anuales en 2018 en gastos de jubilaciones y pensiones.
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