Rafecas y Arroyo Salgado siguieron de cerca el discurso de Lorenzetti

03 de marzo, 2015 | 17.41

Por Sol Rodriguez Garnica

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Especial para El Destape

Ricardo Lorenzetti realizó su ya clásico discurso de apertura del año judicial. En primera fila lo escucharon el Ministro de Justicia Julio Alak, el secretario de Justicia, Julián Alvarez, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó y la presidenta del Consejo de la Magistratura, Gabriela Vázquez. Del otro lado, también en primera fila, estaba el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Perez Esquivel. La ex mujer del fallecido Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, observó el acto desde uno de los costados.

Una hilera más atrás fueron ubicados los jueces que forman parte de la Cámara de Casación Penal. Del grupo de los federales de Comodoro Py sólo faltó Norberto Oyarbide. Antes del discurso de Lorenzetti, vino a saludar un viejo conocido de Py: el ministro de Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro, ex magistrado. Daniel Rafecas, quien desistió la denuncia de Alberto Nisman, se sentó junto a Rodolfo Canicoba Corral, a cargo de la causa por el atentado de la AMIA.

El público que esperaba el discurso estaba dividido en dos: los "privilegiados" que tenían asiento dentro de la sala de Audiencias de la Corte y los "relegados" (como dijo un camarista) que debían seguir el acto desde el patio. Bien cerca del estrado donde estaban los miembros de la Corte fueron ubicados varios integrantes de la Cámara en lo Contencioso Administrativo. La agrupación civil Memoria Activa, por ejemplo, tenía su lugar en el patio. Enojados, se retiraron del acto: "este es el lugar que la Corte Suprema le da a la causa AMIA".

Al comienzo, el recinto se oscureció y se exhibió un video realizado por el Centro de Información Judicial: imágenes de las Madres de Plaza de Mayo, Axel Blumberg, Mariano Ferreyra, Carlos Fuentealba, las víctimas del atentado a la AMIA, Luciano Arruga y, por último, de Nisman. "Tragedias colectivas" explicó luego Lorenzetti, algo que no agradó a los organismos de derechos humanos.

A lo largo de una hora, Lorenzetti expuso sobre la independencia de poderes y la importancia de la justicia en la sociedad. Ratificó su compromiso con las causas de lesa humanidad. "¿Alguien dijo que iban a dejar de hacerse los juicios?" comentó un penalista. "Demasiadas veces nuestra historia muestra que hemos avasallado los principios constitucionales desde todos los sectores" indicó el presidente de la Corte, refiriéndose otra vez a la independencia de los jueces. En ese sentido no hubo sorpresas entre los asistentes: el comentario sobre la independencia se repite en todos los discursos de apertura de año desde que comenzaron, hace siete años atrás.

Lorenzetti se tomó su tiempo para responderle a Cristina Kirchner: "el atentado a la Embajada tiene un fallo de 1999 donde se dice que fue Hezbollah, es cosa juzgada, no podemos modificarlo" esgrimió. El expediente está en la Corte desde 1992 y está "a despacho", es decir, en análisis de la Secretaría especial que lleva adelante la causa. En 2006 fue esta misma Corte Suprema quién resolvió "seguir adelante con la investigación". Nada dijo, sin embargo, de la causa por las torturas que sufrieron conscriptos durante la Guerra de Malvinas y que el Máximo Tribunal se negó a tratar como crímenes de lesa humanidad. "Muchas veces no criticamos el argumento sino que deslegitimamos al emisor¨dijo después.

"Proponemos una profunda reforma en los sistemas de investigación policial" sugirió Lorenzetti, algo que llamó la atención de varios jueces que lo comentaban a la salida de la Sala. "Nosotros no nos encargamos más de investigar sino de juzgar" decían, en referencia a la sanción del nuevo Código Procesal Penal y el cambio a un sistema acusatorio. Por último, el presidente de la Corte aprovechó para hablar con varios magistrados: prometió visitas y apoyo.