06 de diciembre, 2019 | 18.04

Quién es Marcela Losardo, la elegida de Alberto Fernández para Justicia

Se trata de una funcionaria de extrema confianza del presidente electo. Es considerada una “técnica” y “dialoguista” que tendrá la difícil tarea de dar vuelta la página del Lawfare. 

Marcela Losardo es la elegida por el presidente electo, Alberto Fernández, para hacerse cargo de una de las áreas más calientes del próximo gobierno: el ministerio de Justicia. ¿Por qué su importancia? Porque es la cartera desde la que se entablará el vínculo formal con el Poder Judicial, que quedó en el centro de la escena durante el macrismo por su rol en la persecución judicial de dirigentes kirchneristas. Concretamente, una de las tareas de Losardo será dar vuelta la página del Lawfare que se empezó a escribir en el país cuatro años atrás. 

La futura ministra es del riñón albertista. Sin ir más lejos, ingresó a la función pública de la mano de Fernández, a quien conoce desde cuando cursaban juntos en la Facultad de Derecho. Llegó a ser secretaria de Justicia durante la presidencia de Néstor Kirchner, cuando Alberto ejerció como jefe de Gabinete. Y consejera de la magistratura como representante del Poder Ejecutivo. Antes había sido su jefa de asesores en la jefatura de ministros. Abandonó la función pública en 2009. Una década después vuelve y a un cargo clave. 

No solo compartió casa de estudios con el primer mandatario electo, también estudio jurídico.

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Tan cercana es la relación entre ambos que el 29 de noviembre pasado, ya electo Presidente, Fernández le entregó el diploma a su hija, Clara. La propia Marcela posteó la foto en Twitter: “Que orgullo el diploma de honor de abogada de la UBA de mi hija Clara, entregado por nuestro Presidente electo @alferdez. Gracias a los dos”.

En los tribunales de Comodoro Py, los más políticos del país, por donde tramitan las causas de corrupción que sacuden la agenda mediática, la ven a Losardo como una funcionaria de perfil más técnico. De hecho, no la consideran con gran llegada al edificio de Retiro. Por eso hay expectativa por ver quiénes la secundarán en el ministerio.

En la Corte Suprema de Justicia la definen como de perfil “dialoguista”. “Luego de todo este tiempo que haya diálogo es un avance extraordinaria”, afirman a El Destape desde una de las vocalías del cuarto piso del Palacio de Talcahuano. No es para menos: los nexos con Germán Garavano, que es el ariete oficial para trabar relación con el Poder Judicial, estaban rotos. 

Desde otra vocalía, añaden: “Tenemos una excelente relación con Marcela”. Losardo tiene, sobre todo, un muy buen vínculo con la ministra cortesana Elena Highton de Nolasco. Era ayudante en su cátedra, en la materia Derechos Reales, que se dicta en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. 

Una de las últimas apariciones públicas en la que se la vio fue en la asunción del Fiscal General porteño, Juan Bautista Mahiques. Estaba sentada en la primera fila ladeada por Juan Manuel Olmos y Eduardo "Wado" De Pedro, quien recalará en el ministerio de Interior.

La futura ministra de Justicia, que está en pareja con Fernando Mitjans (Presidente del Tribunal de Disciplina de la AFA) y es amante del tenis, será la encargada de impulsar las reformas en materia judicial que piensa el presidente electo.

El 2 de diciembre, vía Twitter, Fernández ya adelantó algunos de los cambios que espera en el tercer poder del Estado. Entre otras cosas, dijo que “en la Argentina que vamos a construir entre todos y todas se van a acabar los ‘operadores judiciales’, los ‘operadores mediáticos’ y los jueces y fiscales que ‘operan’ para poderes mediáticos, corporativos o políticos sin impartir justicia como deben”. 

A eso se suma la entrada en vigencia en su plenitud de la reforma procesal, que instala el sistema acusatorio, lo que dará mayor peso a los fiscales en el impulso de las causas en detrimento de los jueces. O dar vuelta la página del Lawfare, que entre otras cosas, implica no solo terminar con los operadores sino también tomar decisiones respecto a la oficina de escuchas y el programa de protección de testigos que hoy devino en agencia.

Todo un desafío para los tiempos que vienen.