El fiscal rebelde, Carlos Stornelli, anunció que se presentará a prestar indagatoria pero en el interín continúa con maniobras dilatorias. Una de ellas es su intención de cambiar de abogado. Según explicó en un escrito que presentó en la Justicia de Dolores, su voluntad es declarar pero quiere designar como nuevo defensor a Juan Martín Cerolini, algo que no fue aceptado, al menos por ahora, por el juez Alejo Ramos Padilla, quien considera que el letrado puede tener intereses contrapuestos. Este jueves, el magistrado interpeló al fiscal de Dolores, Juan Pablo Curi, para que opine sobre el tema. El miércoles Cerolini había intentado despejar las dudas de Ramos Padilla, al parecer sin mucha eficacia.
Una de las razones que esgrimió Stornelli para postergar su séptima citación, que estaba prevista para este viernes, fue los problemas de agenda de su flamante letrado defensor. Por eso pidió que se lo convocase para después del 29 de noviembre, fecha que tomó Ramos Padilla para fijar nueva audiencia. El último viernes del mes será la octava oportunidad que la Justicia le dará al fiscal rebelde para ponerse a derecho. En la misma resolución en que modifica la indagatoria, el magistrado puso reparos a Cerolini porque también defendió al procesado Carlos Liñani en el marco del D’Alessiogate.
Para Ramos Padilla pueden “existir intereses contrapuestos por el ejercicio sucesivo de las defensas de Liñani y –ahora- la de Stornelli, por la posible conexidad entre esta causa”, es decir la de espionaje que se sustancia en Dolores, y otra que tramita en el juzgado de Sebastián Casanello que tiene por imputado al mentado Liñani y al propio Stornelli como pretenso querellante. Por tal motivo, el martes pasado Ramos Padilla le dio 24 horas a Cerolini “para que formule al respecto las aclaraciones que estime pertinentes, bajo apercibimiento de tenerlo por no designado”. “Hasta tanto ello ocurra, y a fin de no afectar el derecho a la defensa, el Dr. Roberto Ribas deberá continuar en el ejercicio del cargo oportunamente conferido”, agregó.
Cerolini respondió ayer. “El señor Liñani me ha revocado la designación de defensor en todas las causas en las que fuera su defensor”, afirmó para argumentar que a su criterio ya “no existen intereses contrapuestos de ninguna índole”.
Ramos Padilla, antes de resolver si acepta o no al abogado, este jueves corrió vista a Curi y al defensor oficial de Liñani para que se expidan “en torno a la posible existencia de intereses contrapuestos en el ejercicio de la defensa sucesiva de Liñani y Stornelli por parte del nombrado letrado”. El término “sucesiva” no es menor. El juez está poniendo en tela de juicio la temporalidad de ambas defensas.
¿Quién es el abogado que Stornelli propone como defensor y provoca tanta polémica en el D’Alessiogate?
Stornelli y Cerolini tiene más de un denominador común. Uno de ellos es el barrabrava de Boca, club del que el fiscal fue directivo (hasta integró una comisión de Seguridad). Cerolini defendió a Di Zeo, quien llegó a jactarse públicamente de su relación con Stornelli. Por ejemplo, el vínculo quedó registrado cuando el barra suspendió momentáneamente una entrevista al recibir un llamado del fiscal, comunicación de la que se vanaglorió, según narró el cronista de ese reportaje.
No fue el único barra que representó Cerolini. También estuvo a cargo del patrocinio de William Schlenker, de la barrabrava de River, que fue condenado junto a su hermano Alan a prisión perpetua por el homicidio agravado de Gonzalo Acro.
Hombre conocido en Comodoro Py, el abogado que quiere Stornelli también ejerció las defensas de varios policías y militares. Uno de los casos emblemáticos es el del ex capellán castrense Christian Von Wernich, condenado a cadena perpetua por su complicidad con la última dictadura cívico-militar.
Entre otros defendidos, también representó legalmente al ex jefe de la Policía Federal, Roberto Giacomini; y junto a Fernando Burlando a la banda de Los Hornos, involucrada en el asesinato de José Luis Cabezas.