Qué impacto tendría en el bolsillo un aumento del dólar oficial a $ 14

10 de noviembre, 2015 | 18.46

Muchos economistas proponen aumentar el dólar oficial desde los $ 9,60 hasta los $ 14 para mejorar la competitividad vía tipo de cambio. Sin embargo, poco se habla de los efectos sobre el mercado interno y el poder adquisitivo.

El argumento de los asesores de Cambiemos, paladines de esta política, entiende que la economía ya opera con una divisa más cara. Alfonso Prat Gay pronosticó la semana pasada por radio Continental que, si Mauricio Macri asume en la Casa Rosada "va a subir el (billete) oficial, que no afecta prácticamente a nadie, y van a bajar todos los otros, que afectan a la gran mayoría de la población". "Hay siete tipos de cambio; los vamos a unificar en uno; bajarán todos los que están altos y va a subir el que está bajo", auspició.

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Pero del otro lado le restan importancia a los cambios extraoficiales. "Si los costos estuvieran ajustados a un tipo de cambio blue o 'contado con liqui', la inflación en los últimos dos años debería haber sido muy superior a la registrada por las mediciones privadas", tal como lo tuvieron estos dólares, respondieron desde la consultora económica Ficonomics. "Si estos argumentos fuesen ciertos, en momentos de caída del informal los precios deberían caer y debería registrarse deflación; algo que claramente no ocurrió durante los últimos años", contraargumentaron en su último informe.

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El hecho es que el dólar de los productores sojeros es de $ 6,24 (el legal menos las retenciones del 35%), mientras que el de los importadores es de $ 9,60 (sumados los aranceles cuando corresponden), al que acceden los ahorristas para atesoramiento es de $ 11,53 y el de los turistas cotiza a $ 12,97.

Una devaluación del 46% para elevar el precio del oficial al del contado con liquidación, que el martes cerró a $ 14,18, tendría entonces un impacto necesario en la economía, más aún si se acompaña de la eliminación del cepo y de algunos impuestos al comercio internacional. En primer lugar, se compraría más caro del exterior y subiría entonces el precio de todos los bienes importados.

Más importante aún, se encarecerían los alimentos y productos de la canasta básica. Con una devaluación y una quita de retenciones, los productores no venderían al mercado interno a menos que sea en las mismas condiciones que al resto del mundo, es decir, un 120% más caro.

Con una suba de los importados y los exportables, mermaría sustancialmente el poder de compra de los sueldos, que no se actualiza con las fluctuaciones de la divisa sino en negociaciones paritarias anuales.

El massismo advierte

Aldo Pignanelli, economista del Frente Renovador, manifestó a El Destape que "no se puede pensar en un alza del dólar antes de mejorar las condiciones macroeconómicas". "Decir que $ 14 o $ 16 es un tipo de cambio de equilibrio sin tener en cuenta el nivel de reservas del Banco Central y el déficit fiscal es irresponsable", reprochó.

En caso de que se aplique una devaluación abrupta, Pignanelli advirtió que la escalada "se trasladará a los precios internos". Por eso recalcó que "primero hay que mejorar la estructura económica y recién ahí calcular qué dólar se necesita".

El integrante del equipo económico de Sergio Massa advirtió que "si se hacen bien las cosas, el dólar de equilibrio sería mucho menor que $ 14 o $ 16". En esa línea, pidió escuchar de los candidatos, "más que el precio de la divisa, cuáles son los programas económicos. Nosotros proponíamos aumentar la producción en lugar de competir por tipo de cambio".

El dólar oficial funciona en los hechos como un insumo clave en la formación de precios para empresarios y, por lo tanto, del poder adquisitivo. Por ello, Ficonomics advirtió que "un salto en el tipo de cambio corre el riesgo de desencadenar una puja distributiva que termine acelerando la inflación incluso por encima de lo que implicaría el solo movimiento del tipo de cambio sobre los precios internos".

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