Primera privatización de la era Macri: ARSAT pasa a manos privadas

16 de julio, 2017 | 21.45

El presidente Mauricio Macri aprobó la venta de ARSAT de manera ilegal a una empresa de Estados Unidos. Los próximos satélites producidos en Argentina serán manejados por una firma internacional que también se quedará con el espacio orbital que le correspondía al país.

En una carta de intención firmada el 29 de junio a la que accedió El Destape, el Gobierno autorizó a la compañía Hughes a que se quede con "al menos" el 51% del ARSAT 3 y también la autorizó a cambiarle el nombre. La venta es ilegal: va en contra de la ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital aprobada en 2015, que en su artículo 8 dicta que no se pueden ceder los derechos de este nuevo satélite y que, de hacerse cambios en el esquema que propuso el kirchnerismo, deben ser aprobados por el Congreso, según el artículo 10. Pero, sin licitación ni consulta, se le cedió la producción y explotación del nuevo ARSAT a esta compañía, que también se quedará con el espacio orbital que le correspondía al país y se podrá llevar al exterior los dividendos que se generen, que hasta ahora eran para financiar futuros satélites.

La fusión fue aprobada hace días en secreto por el director de ARSAT y yerno del ministro Oscar Aguad, Rodrigo De Loredo, y los representantes de Hughes, quienes acordaron que a partir de ahora se cree una nueva empresa.

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Mientras que para la producción de los anteriores ARSAT se usó al menos un 30% de elaboración argentina, para el nuevo satélite se comprará tecnología a Estados Unidos, donde también se arbitrará en caso de litigio, como en el caso de los fondos buitre. La firma beneficiada por la compra de herramental, según dicta la carta de intención firmada hace dos semanas, es la norteamericana Thales Alenia Space.

En esto Macri guarda coherencia: en 2006, como diputado, votó en contra del lanzamiento del ARSAT 1, al igual que Elisa Carrió y el propio Aguad. El flamante ministro de Defensa quedó en la mira desde la aprobación de la compra de Telecom por parte de Clarín, que también tiene relación con Hughes, una compañía con años en la industria satelital, cuyo manager general para la región es Hugo Frega.

Argentina se transformó con el lanzamiento de ARSAT 1 en el único país americano en lograrlo, además de Estados Unidos. En el mundo no hay más de diez países que puedan construir satélites geoestacionarios de telecomunicaciones. El primer ARSAT costó cerca de u$s 270 millones, el segundo u$s 250 y el tercero estaba valuado en 230 millones de dólares. Ese monto exacto es el que se le pidió a Hughes, sin sumarle ni un dólar a la valuación.

Otro de los puntos que se le criticaron a la administración macrista tiene que ver con la venta de los servicios de estos satélites. Es que, al igual que las low cost para Aerolíneas, Macri autorizó la entrada de varias compañías que ofrecen un servicio similar al que ofrecía ARSAT. Así y todo, los satélites se autofinancian: con lo recaudado en seis años, se podía construir uno nuevo.

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