Las familias más vulnerables, los trabajadores, las PYMES y también las provincias sintieron el golpe económico de la pandemia. Algunos distritos sub-soberanos, que ya contaban con una delicada situación financiera, analizan cómo sobrepasar la profundización de la crisis con bonos compulsivos. El Gobierno nacional comenzó a transferir parte de los $ 120.000 millones para colaborar con el derrumbe en la recaudación, pero puede no ser suficiente.
El equipo económico del Ejecutivo decidió enviar una ayuda de $ 120.000 millones a las provincias para que recuperen parte del desplome de sus ingresos. El miércoles giraron los primeros $ 20.000 millones.
Al comienzo de la cuarentena, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) calculó que las necesidades de las provincias y municipios pueden ascender a $ 280.000 millones mensuales, más del doble de lo establecido. Un escenario tan pesimista puede no registrarse dependiendo de cuán golpeada quede la recaudación.
El centro económico admitió que las cuentas públicas venían con déficit y este shock las empeorará de manera importante. Por lo tanto, la emisión de pesos se erige como la vía casi exclusiva de financiamiento, más allá de los esfuerzos de reasignación del gasto que se puedan realizar. Pese a su ortodoxia económica, el propio IARAF admitió que el mero aumento de la base monetaria no implicará una suba necesaria de la inflación. "Los aumentos del déficit y de la emisión de pesos hoy no constituyen el problema relevante", definieron.
La Casa Rosada mantiene un diálogo fluido con los gobernadores, por lo que de resultar insuficientes los $ 120.000 millones, pueden analizar nuevas medidas de auxilio financiero que prevengan el resurgimiento de las cuasimonedas. La situación macro, además, se diferencia de sobremanera con la de 2001, cuando una convertibilidad entre peso y dólar dejaba un margen de acción de política monetaria ínfimo. Por el bien de la economía, no tienen espacio de poder los neoliberales de salón que publicitan eliminar el Banco Central ya que, si no, la situación derivaría inevitablemente en otro crack financiero.
“Descarto de plano la idea de implementar cuasimonedas”, garantizó Gustavo Bordet, quien dirige el Estado de Entre Ríos. Inmediatamente, diferenció los billetes provinciales de los bonos con proveedores: “Otra cosa es la emisión de letras o títulos para la cancelación de deudas”.
No fue tan tajante su par de Santa Fe, Omar Perotti, luego de reconocer que "no hay recursos para garantizar el pago de los sueldos". El mandatario provincial ponderó la transferencia de Nación, pero evaluó que la crisis podría empeorar a un punto en que el Tesoro no pueda enviar recursos. "Cuando esa emisión monetaria no se puede garantizar, puede ocurrir lo que ocurrió en aquel momento (en 2001) cuando se implementaron las cuasimonedas, que fue una alternativa interesante porque permitió pagar sueldos, concretar las compras", reconoció. "Si se da la posibilidad, es una de las alternativas que analizaremos", remató.
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El titular del gobierno de Córdoba, Juan Schiaretti, ya tomó una medida como la que planteó Bordet, que algunos interpretaron como cuasimoneda, ya que se trata de un instrumento compulsivo, de circulación provincial y no garantizado por el Estado Nacional. "La provincia de Córdoba lanzará un título para cancelar deudas con proveedores. Será transferible y podrá utilizarse para cancelar deudas tributarias vencidas hasta el 29 de Febrero de este año", anunció en su cuenta personal de Twitter el 6 de abril. Emitirán $ 9.000 millones, a cancelar en 36 meses, con un año de gracia, y un rendimiento equivalente a la tasa Badlar.
Chubut, uno de los distritos en rojo vivo, tiene la colocación de billetes locales sobre la mesa desde poco después del arranque de la cuarentena. "En esta situación vemos que empezar a emitir cuasimonedas no es una locura", dijo el ministro de Gobierno chubutense, José María Grazzini, el 26 de marzo. La carta que podría llegar a evitarlo consiste en las regalías petroleras, una de las actividades exceptuadas por el DNU original de aislamiento obligatorio de Alberto Fernández.