El presidente de la Comisión Provincial por la Memoria Adolfo Pérez Esquivel denunció que no le permitieron ingresar al intentar visitar al ex presidente brasileño Lula Da Silva que está detenido en la sede de la Policía Federal en Curitiba, Paraná.
Fue luego de hacer una nueva solicitud de visita ante la jueza Carolina Moura Lebbos, para poder ver a Da Silva, que se encuentra en prisión preventiva por una supuesta causa de corrupción.
Pérez Esquivel estaba acompañado por el teólogo brasileño Leonardo Boff, y al salir de la cárcel sin conseguir concretar la visita afirmó, durante una conferencia de prensa, que "cada día queda más claro que Lula Da Silva es un preso político”.
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"Cada día queda más claro que Lula Da Silva es un preso político"
“La ley brasilera permite visitas de amigos pero no nos dejan verlo. Esta lucha recién comienza, quieren impedir que Lula sea candidato a Presidente porque no pueden ganarle por los votos. Esta es una segunda etapa del ´golpe blando´ en Brasil", cuestionó.
Más tarde, el premio Nobel de la Paz visitó el campamento “Lula Livre”, que reúne a más de mil personas asentadas en las cercanías del lugar donde el líder del PT está detenido para exigir su liberación y mostrar su apoyo.
"Vinimos a traerle la solidaridad internacional de cientos de miles de personas que defendemos la democracia y no sólo quieren la libertad de Lula, sino también que sea galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra la pobreza", sostuvo, con un mensaje de “unidad y solidaridad internacional”.
Sobre los ataques y golpizas que recibieron los acampantes el martes, Pérez Esquivel, les aseguró que “el miedo no está en el campamento, está del otro lado” y sostuvo que “no pueden tolerar que el pueblo brasilero quiera ser actor de su propia historia, y menos que lo haga con la fuerza de la verdad y la justicia”.
En su viaje a Brasil, el referente de los Derechos Humanos también visitó la favela donde fue asesinada la concejala y activista feminista Marielle Franco y su chofer, Anderson Gomes, y denunció la militarización a la que se ve sometida la ciudad de Río de Janeiro.
“Marielle luchó por la vida y por el derecho del pueblo a la democracia, por eso la mataron, y están persiguiendo a muchas personas más que hoy están en riesgo. Brasil necesita de nuestra solidaridad internacional”, expresó.
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