Ante la preocupación de su hijo, quien planteó que Pelé sufría una especie de depresión, el astro del fútbol aseguró tener días buenos y malos pero que, pese a sus limitaciones de movimiento, busca mantenerse activo y llevar adelante una atareada agenda.
En un comunicado, el tres veces campeón del mundo, aseguró: "Tengo días buenos y días malos. Es normal para personas de mi edad" y agradeció "por sus oraciones y preocupación", aunque manifestó estar "bien" y que no evita "cumplir compromisos de agenda, siempre atareada".
Pese a ello, reconoció que el proceso para aceptar sus "limitaciones físicas" continúa pero pretende "mantener la pelota girando" a sus 79 años. Actualmente, el exjugador necesita de un andador para moverse.
En noviembre de 2012 tuvo que insertarse una prótesis de cadera y someterse a una operación de fémur. A fines de 2014 se operó por cálculos renales y terminó internado por una infección urinaria.
Los problemas de salud continuaron ya que en mayo de 2015 fue intervenido de la próstata, una cirugía de la columna vertebral y también de la cadera en diciembre de ese año. El año pasado volvió al quirófano por los cálculos renales.
Ante este panorama, el lunes su hijo manifestó que Pelé sufre "cierta depresión" por los problemas de movilidad generados por todos estos escollos de salud, lo que desmintió ayer el exjugador de fútbol con el comunicado, aunque confirmó que no le es fácil aceptar la situación sino que lo hace "de la mejor manera posible".