Las muertes silenciosas, esas de las cuales nadie se ocupa, las invisibles. En lo que va del 2019 se registraron 15 travesticidios y solo en tres casos la Justicia investigó las circunstancias de la muerte. Las restantes quedaron sin las averiguaciones pertinentes.
Casi como una práctica macabra consolidada, los ataques ni siquiera ocupan un lugar central en la agenda de los grandes medios. A pesar de que en muchos casos los familiares buscan mostrarlos para de esta manera buscar alguna respuesta en la Justicia.
El último travesticidio registrado es el de la joven peruana de 36 años, Lali Heredia
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Originaria de Perú, se instaló en Argentina en el año 2009. Vivía en Morón, en una vivienda que alquilaba junto a su pareja Emanuel Ferraro, albañil. Un sábado de febrero ella salió a trabajar, le dijo a su pareja que iba a regresar a las 5 de la mañana pero nunca lo hizo, él se enteró por las redes sociales de su asesinato.
“Por lo que me dijo la Policía, la mataron a eso de las 3 de la mañana. Ella estaba trabajando cuando la abordó un hombre pidiendo servicios sexuales, y ahí la ejecutaron de una, en la puerta de un hotel sobre Camino de Cintura. Creemos que estuvo agonizando de 3 a 7 de la mañana. Nadie la ayudó” aún se desconoce el móvil de su muerte, según fuentes judiciales.
Otro caso de muerte violenta fue la de la joven trans salteña, Mirna Antonella Eva Di Marzo de 30 años. Oriunda de Güemes, en Salta, murió después de una larga agonía en una cama de terapia intensiva el 27 de enero de 2019. El triste desenlace de su muerte se inició en la madrugada del 21 de octubre del 2018 cuando José Gustavo Gareca, de 44 años la atacó a la salida de un boliche, la dejó tirada en la vía pública semidesnuda e inconsciente por la brutal paliza de la que había sido objeto, “la agarraron al voleo” dijo casi con resignación su hermana al momento de conocerse el brutal hecho.
En Paraná (Entre Ríos), el 24 de enero, una vecina encontró muerta a Jésica “Nicky” Benavídez, una mujer trans de 33 años. El cuerpo fue encontrado en la precaria casa de calles Pedro Martínez y Miguel David. “Las chicas dijeron que estuvo trabajando hasta las 12 de la noche o la una y de ahí se fue a su casa con un muchacho“, contó una amiga de Nicky a un medio local.
Jésica fue encontrada sentada en una silla, semidesnuda y con la cabeza hacia atrás. “La autopsia descarta cualquier tipo de muerte violenta.”, desde la justicia manejan dos hipótesis: muerte natural o por intoxicación.
Ante la falta de datos oficiales de muertes travestis y trans, las organizaciones y activistas llevan un listado en el que documentan tanto las muertes violentas (travesticidios) así como las muertes causadas por la exclusión (travesticidio social).
"Nuestra venganza será ser felices y también llegar a viejas"
La Agencia Presentes realizó un listado de trans asesinadas entre las que se encuentran:
Mariana Quinteros (La Rioja, 48 años), Jessica Paola Ochoa ( CABA, 36 años), Carolay (CABA), Yamile (CABA, 24 años), Sandra Cantero (Reconquista, Santa Fe), Gabriela Farias (Lomas de Zamora, Bs As), Yesica Neira (Comodoro Rivadavia, 56 años), Luciana Anahi (oriunda de Güemes, Salta 28 años) falleció en Capital Federal.
La última de la lista, Lali apenas superó en un año el promedio de vida estimado para este colectivo en América Latina, 35 años.
Sistema expulsatorio y ausencia del Estado
“El travesticidio es la expresión final de un conjunto de violencia que sufren las mujeres travestis. Ese continum se refleja en la expulsión temprana del hogar, del sistema educativo, del sanitario y del mercado laboral” expresa la activista trans salteña, Victoria Liendro. Y agrega: “Es claramente el Estado quien no instrumenta los mecanismos reales de inclusión para que nosotros estemos incluidas, sino para que estemos segregadas llevándonos a la prostitución como única salida y a una muerte a una temprana edad”, expresó Liendro.
Las vulnerabilidades de las personas trans se inicia desde temprano, en la etapa de nuestra sociabilización. “Generalmente, cuando somos preadolscentes donde nuestras identidades empiezan a expresarse y en el marco del sistema educativo, ese mecanismo expulsorio de las escuelas binarias y heteronormativas nos expone a la salida de ese sistema formal. Sumado a eso, muchas familias son las mismas que expulsan a sus hijes trans y al no tener el acompañamiento del sistema educativo eso nos expone a un proyecto nulo, con bajas expectativas de vida” señala la activista.
La ausencia de políticas públicas orientadas al colectivo genera que no existan cifras oficiales con respecto a las muertes de travestis y trans. Lo que se sabe es producto del trabajo colaborativo de organizaciones sociales.
¿Por qué es importante la participación del colectivo trans en el #8M?
Frente a esta consulta Victoria Liendro responde: “El ocho de marzo para las personas trans y travestis tiene una connotación sumatoria y coordinada porque las demandas implican el mayor acceso igualitario y de oportunidades para varones y mujeres. En este contexto cultural y machista, las mujeres trans solicitamos que cesen los travesticidios, los crímenes de odio, además de la incorporación de nuestras identidades en las agendas públicas. Por eso pedimos políticas reales de inclusión como el cupo laboral trans, inclusión educativa, sanitarias y de ampliabilidad para el colectivo que está expuesto a temprana edad a la muerte. Por eso los índices de expectativa de vida oscilan entre los 35 y 45 años” afirmó.
Para finalizar, Victoria Liendro enfatiza: “Estamos luchando a la par y también hoy las mujeres paramos, porque nuestra venganza será ser felices y también llegar a viejas”.