Paro 8M: Cómo funcionan las consultorías de aborto ante la ausencia del Estado

08 de marzo, 2019 | 03.00

El colectivo “Tejiendo feminismos” convocó este año a tejer la bandera feminista “más grande del mundo”. Pidieron (aún piden, la convocatoria sigue abierta) cuadrados tejidos de 20x20 con el color verde - el de la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito - para unirlos antes de octubre y desplegar en el Encuentro Nacional de Mujeres de este año - que se realizará ese mes en La Plata - la bandera feminista más grande del mundo.

Sin embargo esto no es lo único que teje el feminismo. Simbólicamente se teje un pañuelo para demostrar que el feminismo busca, año tras año, tejer redes, generar colectivos, unir a las mujeres para demostrarles que no están solas. Ante la ausencia del Estado en políticas de género e inclusión, ante la ilegalidad del aborto, ante la poca garantía de que los derechos de las mujeres serán cumplidos (en lo que va del 2019 ya se obstaculizaron dos abortos no punibles a menores de edad violadas en el país), las mujeres se alían, se conocen, se ayudan entre sí.

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En Argentina el aborto es ilegal. En los únicos casos en que es no punible es en caso de que corra riesgo la vida de la persona gestante o en el caso de que el embarazo sea producto de una violación. Sin embargo que en el país se aborta igual es un secreto (ya no tan) a voces. Según cifras de Amnistía Internacional, si bien es difícil llevar un registro preciso de los abortos efectuados en el país, se estima que son alrededor de 450.000 por año. Pero muchos de estos abortos se hacen sin información o con falta de recursos. Al estar prohibida la práctica en el país, muchas mujeres utilizan tallos de plantas o perchas para dar por finalizado el embarazo y varias de ellas terminan muriendo como consecuencia de estas prácticas nada seguras.

Al ver esta realidad, diferentes grupos de mujeres, activistas y organizaciones políticas decidieron actuar y, ante la ausencia del Estado y de información oficial, se crearon grupos dedicados a contener a quienes deciden interrumpir su embarazo, a dar la información necesaria, a ayudar -siempre dentro de la legalidad-.

Si bien saben que abortar es un delito en Argentina (así lo decidió el año pasado la Cámara de Senadores con 38 votos en contra y 31 a favor), dar información no está penado y, en el país, el acceso a la información es un derecho. Por lo cual las activistas decidieron que eso era lo que ellas iban a hacer: dar información.

Magui Fernández Valdez, integrante de La Sublevada Nuevo Encuentro CABA, dialogó con El Destape y explicó que desde Nuevo Encuentro llevan adelante un trabajo de consejerías en los locales en donde trabajan “por la democratización de la información”. Lo que buscan en las consejerías es difundir información que es pública pero poco divulgada, como por ejemplo el manual de práctica clínica para un aborto seguro de la Organización Mundial por la Salud (OMS).

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“Lo que hacemos es legal y en ese sentido no nos metemos en el clóset y la acción es pública, está en locales a la calle con las mismas compañeras que se formaron para hacer eso”, explica Magui quien resalta que en las consultorías no se entregan pastillas ni se hacen recetas sino que se da información de en dónde conseguirlas y de qué manera.

Una de las actividades que hizo Nuevo Encuentro el año pasado fue el “Rally del Misoprostol” en donde distintas activistas recorrieron farmacias para ver cuáles las vendían, con qué requisitos, a qué precios y poder difundir esa información entre quienes se acercan a las consultorías.

“En abril del año pasado hicimos el Rally y vimos que el 40% de las farmacias en CABA cumple con las normas que actualmente rigen y venden misoprostol con receta en el precio establecido pero las demás no entonces a quienes se acercan a las consultorías les informamos esta situación”, explicó.

También dijo que en general en las farmacias se da una situación de desinformación o brindan información errónea sobre el misoprostol para poder obstaculizar la práctica: “Les exigen diagnóstico o receta doble que no son requisitos legales de la compra de las pastillas, venden con sobreprecio, fraccionan la caja”. Por eso mismo hacen los consultorías: para difundir la información que en las farmacias no brindan u ocultan.

Desde Jauría, una Consejería pre y post aborto de Mala Junta que acompaña a las personas que deciden interrumpir sus embarazos y articulan con el sistema público de salud a través del protocolo ILE, explicaron: “Nosotras lo que hacemos en nuestros espacios de acompañamiento es, justamente, acompañar interrupciones legales del embarazo. Tenemos reuniones semanales, talleres, en donde reunimos a las personas que se contactan con nosotras a través de nuestra línea telefónica”.

Es fundamental el concepto de lo colectivo: “Lo hacemos de esta forma por la convicción de que así se generan espacios de contención horizontales, en donde se intercambian experiencias y conocimientos” y como Magui, de Nuevo Encuentro, lo que hacen es difundir información pública: “La información la sacamos del protocolo que está colgado en la página del Ministerio de Salud de la Nación. Lo que hacemos nosotras es bajar toda esa información y ponerla al alcance de las pibas”.

Ante la falta de información por parte del Estado, el feminismo se organiza y teje sus propias redes, colecta información, la difunde. Este 8 de marzo, en la marcha por el Día Internacional de la Mujer, las consejerías sacarán a la calle folletos, se acercarán a las compañeras, hablarán con ellas, las escucharán. Brindarán información, harán valer el derecho del acceso a la información. Y harán también lo que hacen todos los días en las calles, en los locales, en los encuentros: tejer redes. Aliarse. Acompañarse. Demostrar que no están solas.

Consejería Jauría: +54 9 11 2562-1564