El ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, quiso restarle importancia a la devaluación del peso y la disparada del dólar al rescatar que “hay muchos que no ahorran, que viven al día, en pesos, y ven con menos angustia los movimientos del tipo de cambio” aunque admitió que “la volatilidad cambiaria trae angustia a los argentinos”.
“Sabemos que los argentinos en muchos casos piensan en dólares pero eso ocurre en una porción de la población, pero hay muchos que no ahorran, que viven el día a día en pesos y ven con menos angustia los movimientos del tipo de cambio”, disparó el funcionario como una forma de quitarle relevancia al impacto de las devaluaciones en los precios de la canasta básica.
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Cabe recordar que el Gobierno ató la suba de tarifas y de combustibles a la evolución de la moneda norteamericana, por lo que cualquier salto brusco pega de lleno en la inflación. Y Argentina, se sabe, es un país con un pass-through (pasaje a precios de la devaluación) elevado.
No conforme, advirtió que “en los años ’90 el tipo de cambio no se movía y el desempleo llegó al 18% en 1995 y al 25% en el 2001. A veces cuando el tipo de cambio no se mueve, genera otros problemas” y sostuvo que “al tener un delicado balance, el Gobierno quiere proteger la competitividad del país y el tipo de cambio flotante es la vacuna que evita que se destruya el empleo”.