¿Cómo sacarle algo nuevo a Bruno Gelber?, ¿cómo meterme en su cabeza y pensar en lo qué piensa?, ¿cómo descifrarlo?. Estas mismas preguntas se hace Leila Guerriero luego de escuchar el anecdotario completo que el pianista repite como loro a todos los que le piden una nota. Así arranca la ambiciosa búsqueda de la cronista por descubrir que pasa con el verdadero Bruno Gelber, el que no repite los mismos cuentos y tiene una vida privada tras bambalinas. De esta manera, Opus Gelber se transforma en un retrato impecable que mezcla los cortes periodísticos con la charla íntima de vecina chusma, ideal para desnudar las verdades que de otra manera no se dirían.
La dura infancia de Gelber estuvo marcada por la poliomielitis que contrajo a los siete años. Bruno desafió a la enfermedad y pidió que le encastraran el piano a la cama para poder seguir estudiando. Pasó bajó la vara del severo maestro Vicente Scaramuzza, fue el último discípulo de Marguerite Long, recorrió casi todo el globo terráqueo en giras maratónicas deslumbrando con sus aires de diva hollywoodense, se codeó con lo mejor de la nobleza y comió con príncipes,condes y duquesas. Y en su retorno a Buenos Aires, en el año 2013, compró un piso en un edificio del barrio de Once, y se refugió ahí, en su micro universo voluptuoso, para envejecer en su patria. Como una estrella de cine de la década dorada que viajó en el tiempo a la actualidad caótica y suburbana.
La primera impresión de Guerriero impacta. Describe los interiores del departamento y la enorme cantidad de comida con la que Gelber la recibe. En este festín de excesos se suceden encuentros, clases de piano,críticas de conciertos y recuerdos, que el pianista evoca con cariño. Y acidez. Opus Gelber es la biografía de un mito viviente y charlatán, que ama analizar sus conciertos tanto como los picantes cruces de Laurita Fernández en Bailando por un sueño. Un auténtico camaleón. Es tarea de la cronista armar al verdadero pianista: a través de archivo, testimonios, cenas y perseverancia Leila Guerriero no baja la guardia y está atenta a los detalles que le puedan dar algo jugoso y nuevo.
Opus Gelber está lleno de picardía, se lee de un tirón y se consolida como el mejor perfil de la cronista a la fecha. El libro es el retrato de un pianista hipnótico y enigmático, y Leila Guerriero descubre secretos tratando de no caer en la telaraña del pianista engatusador, cual ilusionista que no quiere revelar su truco. Una lectura imprescindible en lo más alto del periodismo latinoamericano.