Pese al difícil momento que está atravesando su gestión, Omar Perotti sigue teniendo la espalda cubierta por la Casa Rosada. En su discurso del 27 de febrero, frente al Monumento a la Bandera, Alberto Fernández le dio una inyección anímica: habló de la Justicia y la policía de Santa Fe, marcó que el rumbo era el trazado por su ministro de Seguridad, y anunció luego en el inicio de las sesiones ordinarias del Congreso que abrirá nuevos juzgados federales y salas en la zona de Rosario y su región abocadas a investigar al narcotráfico.
Maniatado por un presupuesto que le hizo la oposición, con un bloqueo en la Legislatura para decretar las emergencias, en medio de una crisis de seguridad y violencia, en conflicto con los docentes y sin recursos para hacer frente a deudas con proveedores de la obra pública, el gobernador necesitaba un poco de aire para barajar y dar de nuevo, porque empezaba a acusar la erosión de su figura a menos de tres meses de haber asumido. Un PJ histórico, díscolo, con el que Perotti ha tenido una relación que va y viene, le decía con sorna a los que le preguntaban hace algunos semanas: "Este gobierno está acabado".
Por eso, Perotti decidió tomar ese quiebre como el comienzo de su propia ofensiva. Por primera vez desde que asumió, esta semana enfrentó los micrófonos durante el inicio de clases y respondió todo lo que le tiraron los periodistas. Salió a la cancha con mucha vehemencia, mandando a la prensa a preguntarle a los legisladores cuánto tiempo se tomarán para debatir la Ley de Necesidad. Tal vez esta fue la última carta para meterle presión a socialistas y radicales. Le preguntaron qué haría si no se aprueban las emergencias. "Vamos a apretar los dientes", contestó.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Duro
¿Se rompieron los puentes con la oposición? Aún no se sabe. El jueves, mientras en la ciudad de Santa Fe había una movilización ciudadana para pedir seguridad y Marcelo Saín se acercaba el Concejo de Rosario a dialogar con los ediles, se vivió otra jornada febril de negociación para consensuar un texto común con los pedidos de la oposición, que apuntan fundamentalmente a achicar los plazos de las emergencias, los montos de deuda a tomar y las facultades que tendría el Ejecutivo sin pasar por la Legislatura.
En la previa, el PJ provincial sacó un comunicado nada diplomático en el que acusaba a la UCR de no permitirles gobernar. Por su parte, el gobernador metió presión al atar la incertidumbre sobre los miles de puestos de trabajo en la obra pública a la sanción de la ley. En tanto desde la oposición, los jefes radicales Felipe Michlig y Maximiliano Pullaro, presentaron en conferencia de prensa su propio proyecto de ley, de perfil propositivo, dando a entender que es el único que apoyarían en la Cámara baja.
Sin embargo, el que tuvo finalmente media sanción en Senadores fue el proyecto peronista, que tiene allí mayoría, aunque sufrió algunos recortes que impusieron los "propios", en sintonía con algunos pedidos de los intendentes de las ciudades más importantes de la provincia, Rosario (Pablo Javkin) y Santa Fe (Emilio Jatón), ambas bajo control del Frente Progresista pero con una gran necesidad financiera para equilibrar los números. Es que la ley estipula un 75% de fondos para la provincia, y un 25% para los municipios.
En los pasillos de la Casa Gris algunos comentan que se aprobó a sabiendas de que no hay acuerdo en Diputados para hacer pagar el costo político a la oposición. Otros dicen que se le dará luz verde con cambios (el radicalismo, además, incorporó un dictamen de minoría al legajo) y volverá a la Cámara alta, donde se necesitarían dos tercios de los votos para que fuera aprobada. En ese caso, los 12 senadores peronistas más dos radicales que a veces votan aliados con el oficialismo podrían darle aprobación definitiva. Hoy parece una opción difícil, pero no imposible.
Desgaste
Dentro de la misma alianza peronista, no se explican cómo Perotti desperdició tanta energía en una disputa legislativa que los ciudadanos no entienden y que ya era adversa de antemano: con una tropa propia en el Senado que cada vez le cobra más peaje, una Cámara de Diputados en la que tiene una clara minoría, y poco apego a la flexibilidad en la negociación, no era difícil imaginar este contexto.
Ahora, lo importante ¿Hay plan B si no sale? La mayoría responde que no. "Se hará todo con más esfuerzo de los santafesinos", dijo Perotti. La decisión de sacar por decreto una suspensión y revisión de todas las deudas y pagos atrasados a proveedores y contratistas que tienen la obra pública a su cargo fue un comienzo de proyecto alternativo. El lanzamiento de la etapa inicial del Boleto Educativo Gratuito, una promesa de campaña, va en esa misma senda. Empezar a gobernar de una vez, con propuestas propias y no sólo con programas nacionales.
Es que parece que el rafaelino se ha dado cuenta, al fin, de que no basta solo con intercambiar acusaciones de quién tiene la culpa con la gestión anterior, mientras los ciudadanos lo miran de afuera como un partido de tenis interminable. "Hay dificultades económicas y financieras. Pero también de la sensación de que hay un poco de sobreactuación para sacar un provecho político", confiesa un dirigente peronista que no está en la mesa chica. No parece muy errado su planteo.
Lo que está claro es que Perotti aprovechó el envión para jugar fuerte. No dio el brazo a torcer en la Legislatura y si no sale la Ley de Necesidad, que parecía tan vital para poder gobernar, podrá culpar al Frente Progresista. Hay que ver si eso le sirve de algo dentro de tanta tormenta. "Esto se arregla si la cosa se acomoda. El problema es que no se está acomodando", comenta una fuente del PJ. Las próximas semanas serán claves para ver si el arranque es virtuoso o se sigue empantanando.