Obama revela los problemas de Estados Unidos

Por Pedro Brieger
Especial para El Destape

El mensaje del presidente Barack Obama el jueves 20 de noviembre sobre su decreto en temas inmigratorios permite comprender algunos de los problemas que tiene la sociedad estadounidense que exceden el debate puntual sobre un tema complejo que tiene muchas aristas.

En primer lugar hay que aclarar que Obama no le está ofreciendo la ciudadanía a millones de indocumentados. Según sus propias palabras los indocumentados que cumplan determinados requisitos ahora podrán "pedir quedarse en este país de manera temporal sin temor a se deportados (y) salir de la oscuridad y tener todo en regla". De manera clara y tajante anunció que "lo único que estamos ofreciendo es no deportarlos"

En su discurso Obama plantea las dificultades que tienen los presidentes para gobernar cuando no cuentan con una amplia mayoría en el Congreso, agravado cuando el partido gobernante está en minoría, lo que sucederá el año entrante. Más allá de la retórica sobre el funcionamiento y las virtudes de la democracia Obama acusa directamente a los republicanos de torpedear sus iniciativas sobre los indocumentados y que "durante un año y medio los líderes republicanos en la Cámara se han negado a permitir esa simple votación". Por eso también dice que la gente está cansada de que todo se paralice por culpa de los políticos.

A su vez, asevera que no puede asegurar su frontera sur con México a pesar de haber invertido en más agentes y tecnología, tema que representa una verdadera obsesión para los republicanos que alientan la formación de grupos paramilitares armados en algunos Estados fronterizos. En su discurso se refiere específicamente al paso de personas porque el tema a tratar es justamente una reforma migratoria. Pero se podría agregar que por esa misma frontera entran miles de kilos de cocaína por año y salen armas de todo calibre que terminan en manos de grupos de narcotraficantes en territorio mexicano. En realidad se puede afirmar que ni Estados Unidos ni México controlan sus fronteras, o que existe una gigantesca red de complicidades para que salgan y entren personas, drogas y armas.

El presidente asegura que su sistema de inmigración no funciona ya hace décadas y que se explota a inmigrantes indocumentados a quienes se les paga mucho menos, a pesar de que en su alocución resalta que son una nación de leyes. De sus palabras se puede inferir que si hace décadas millones de ciudadanos estadounidenses contratan indocumentados por fuera de la ley existe un problema muy serio con el poder de las autoridades, y además se afecta la economía y la moral ciudadana. Aunque sea de manera indirecta, escuchando al presidente se puede percibir claramente que millones de personas evaden impuestos al contratar indocumentados

Por eso Obama se pregunta de manera retórica si Estados Unidos no es una nación que tolera la hipocresía al tener un sistema que se basa en el trabajo ilegal de millones de personas, como el mismo dice, los que "recogen la fruta y tienden nuestras camas".

Si bien el eje del discurso de Barack Obama fue el tema de la reformar migratoria, sus dichos son reveladores respecto de Estados Unidos: el problema no son los indocumentados.