Obama acapara toda la atención en su breve estadía por Argentina. El presidente de los Estados Unidos, luego de la reunión bilateral y la conferencia de prensa que brindó junto a Mauricio Macri, pasó por La Usina del Arte, donde dio una charla para jóvenes emprendedores y desplegó todos sus recursos: una oratoria eficaz y un discurso marcado por la esperanza hacia el futuro y el "Yes, we can" como idea madre, que sedujo a todos los presentes.
Más de dos cuadras de cola esperaron para ubicarse dentro de La Usina a escuchar a Obama. Todos de elegante sport, abundaban el saco, la camisa y la corbata, mezclado con algunos jeans con camisa y sweater color beige colgado a los hombros. Hasta el legislador porteño Iván Petrella tuvo que aguardar un tiempo a que pasara al extensa fila para poder ingresar.
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Luego de intenso operativo de seguridad previo al ingreso, el himno nacional de los Estados Unidos resonó en el auditorio para darle paso a Obama. El mandatario asumió el rol de protagonista de la escena. En poco más de una hora, se lo vio suelto, repitió la anécdota del mate y sus lecturas favoritas de Borges y Cortázar.
Distendido, Obama se sacó el saco y empezó a caminar el escenario. Bromeó en varias ocasiones, siempre con la complicidad del público. A tal punto estaba el auditorio compenetrado con el mandamás de la Casa Blanca que una docente pidió el micrófono solamente para decir que era su "héroe". Luego, largó en llanto.
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En las butacas abundaban funcionarios. Estuvo Horacio Rodríguez Larreta con Diego Santilli y varios de sus ministros. Entre estos últimos, el polémico Darío Lopérfido, respaldado en su cargo luego de poner en duda la cantidad de desaparecidos de la última dictadura militar y en la víspera de un nuevo (el número 40) aniversario del golpe de Estado. También estaba el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, el economista Martín Redrado y el hoy funcionario porteño Jorge Telerman, ex jefe de campaña de Daniel Scioli en 2015.
A quien se lo pudo ver dialogando en buenos términos con Lopérfido fue al ministro de Cultura nacional, Pablo Avelluto, responsable de una nueva camada de despidos en el Estado: este martes, 250 trabajadores contratados de la Biblioteca Nacional recibieron sus telegramas que informaban el cese de la relación laboral.
Falla en la traducción
La única nota de discrepancia la dio una traducción fallida de una señora, luego de que un joven le preguntara en español a Obama por qué creía que Donald Trump estaba ganando tantos adeptos en el Partido Republicano (hasta el momento, el multimillonario sería el candido del GOP para los comicios de noviembre). La traductora "convirtió" a la consulta en una sobre la interna republicana pero sin mencionar al verborrágico candidato, amigo de Mauricio Macri y con quien intentó hacer negocios hace muchos años. Quienes se dieron cuenta del fallido terminaron abucheando a la fallida intérprete.
Cuando culminó, todo el mundo se abalanzó para tratar de conseguir una selfie. Obama saludó a parte de sus fanáticos y se retiró por una puerta lateral. Lo esperaba el Centro Cultural Kirchner, puesto en condiciones en tiempo récord.