Por Paulo Kablan
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¿Homicidio o suicidio? ¿Se mató o lo mataron? Por estas horas, la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini intentarán encontrar, primero, una respuesta a esas y todas las preguntas que aún tiene el caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Después recién comenzarán a buscar, si los hubiese, posibles responsables.
La muerte violenta del fiscal -que denunció a Cristina Kirchner y otros funcionarios del gobierno por el supuesto encubrimiento del atentado contra la AMIA- ocurrida el domingo en un departamento del lujoso edificio Le Parc de Puerto Madero, se transformó en la causa más importante de los últimos años, especialmente por los alcances políticos que tuvo el caso desde el comienzo.
Por eso, la jueza Palmaghini, con mucha experiencia en el fuero penal, decidió duplicar casi todos los procedimientos, por ejemplo regresar al departamento de Nisman y, con otra fuerza de seguridad (primero fue la Federal, después la Metropolitana) realizó una segunda inspección en la escena del hecho.
¿Pudo haber ingresado un asesino sin ser registrado en el edificio? ¿Era alguien del edificio? ¿Estuvo siempre solo el fiscal Nisman? Por ahora son demasiados los interrogantes como para tener una aproximación de lo que pudo haber sucedido.
Lo único que, por ahora, han encontrado es una huella en un compartimento que tiene una pequeña puerta para acceder al sector donde está el aire acondicionado del departamento de Nisman y del vecino. Pero no se sabe desde cuándo está allí esa huella, por lo que aún falta un trabajo más preciso en el laboratorio.
Las dudas aún persisten.
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