Por Paulo Kablan
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La fiscal Viviana Fein, a cargo de la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman, entró en la etapa más compleja de la causa: deberá decidir en soledad, a partir de la evidencia que ha reunido, si está en condiciones de cambiar la calificación del expediente, lo que sería un paso fundamental y definitivo.
Por el momento, y a más de un mes de la muerte de Nisman en la Torre Le Parc de Puerto Madero, la calificación sigue siendo "muerte dudosa": el caso no tiene elementos suficientes como para ser considerado un homicidio doloso o un suicidio. Pero, a tanto tiempo de que se inició el expediente y con casi toda la prueba técnica científica en el despacho, ¿qué tiene que pasar para que no tenga dudas de que pudo haber sido un homicidio? O dicho de otra manera: con todo lo que ha investigado, ¿no le ha surgido nada que le cambie la presunción inicial de un posible suicidio?
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Y si fue un suicidio, ¿en el expediente tiene algún indicio de que pudo haber existido una inducción? Cabe aclarar que la inducción al suicidio es delito, pero el suicidio en sí no lo es, por lo que se extinguiría la acción penal.
Ahora la fiscal Fein aguarda el contenido de los teléfonos y computadoras de Nisman, un estudio de ADN que está pendiente y tiene que recibir algunos testimonios más. Después, no le quedará mucha más evidencia para recolectar y será el tiempo de las respuestas.
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