El juez federal de Oran, Raúl Reynoso, quedó a un paso de ser echado y, si eso sucede, podría ser detenido en el marco de una causa en la que se lo acusa de ser el presunto organizador de una banda que tenía como fin tarifar resoluciones judiciales para liberar narcotraficantes.
Pero el magistrado, duramente cuestionado en las últimas horas, decidió contraatacar: primero se presentó en una conferencia de prensa para defenderse públicamente. Después denunció al juez que lo investigó y, por último, ordenó un operativo que terminó ayer con el secuestro de 310 kilogramos de cocaína en la ciudad cordobesa de Sinsacate.
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Pero nada de eso alcanzará para que mañana tenga que presentarse en el juzgado federal de Salta, donde su colega Julio Bavio lo quiere indagar por ser el presunto jefe de una "asociación ilícita y cohecho" y, si lo procesa, quedará al borde de la destitución.
En total, se investigan arreglos económicos en 12 causas penales. En este expediente, que fue motorizado por la Procuraduría contra el Narcotráfico (Procunar), dirigida por el fiscal Diego Iglesias, y el fiscal Eduardo Villalba, están detenidos los abogados René Gómez, Arsenio Eladio Gaona (cuñado de Reynoso), María Elena Esper Duránn y Ramón Antonio Valor. Además fue acusado Miguel Angel Saavedra y, ya liberada con falta de mérito, la abogada Lucinda María Segovia. Varios de estos profesionales declararon contra el magistrado.
La investigación, que incluye cientos de horas de escuchas telefónicas, generó indignación, más aún teniendo en cuenta que Reynoso se presentaba como un juez comprometido con la lucha contra el narcotráfico en la región de la frontera caliente de la cocaíana. Todo era una gran mentira.
Reynoso, muy probablemente, se defenderá con uñas y dientes. Pero es poco lo que podrá hacer.