Nahuel Lozano, padre de una de las víctimas de abuso: "Mi nena no volvió a ser la misma que antes"

13 de noviembre, 2018 | 12.38

A pesar de las numerosas denuncias en su contra y de estar procesado en dos causas por abuso sexual contra niñas y niños de un jardín de infantes estatal de la Ciudad de Buenos Aires, el docente Martín Góngora sigue trabajando con menores de edad, en una escuela primaria pública porteña. Según afirma el padre de una de las nenas abusadas, tiene la complicidad de la Policía de la Ciudad y del Ministerio de Educación del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.

Todo comenzó el 20 de septiembre de 2017, cuando Nahuel Lozano se enteró de que su hija, que en ese momento tenía cuatro años, había sido abusada por Góngora en su primer día como suplente de Educación Física en el Jardín de Infantes Nº 02 “El Trencito de Versalles”, sobre la calle Bruselas 762. Pero esta no había sido la primera ni la única vez.

Luego de hacer atender a la pequeña en el hospital Vélez Sarsfield y constatar las lesiones, la familia Lozano escrachó a Góngora en Facebook y las denuncias explotaron. Poco a poco comenzaron a llegar más casos de otro colegio, en el que el docente trabajaba desde hacía más tiempo -la Escuela Primaria Común N° 02 “Alejandro Aguado”.

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“Les hacía hacer juegos a los chicos, diciéndoles que era un secreto entre ellos y nadie podía saber nada. Lo fue trabajando desde los tres años hasta los cinco o seis años que tenían los chicos”, explicó Lozano a El Destape.

Luego de la denuncia vía redes sociales, Góngora se dio a la fuga. Lozano denunció la complicidad policial para que escape: “Cuando se lo fue a buscar a la casa, la Policía le avisa, le dice ‘tomatelas hasta que esto se calme un poco’. Esto lo sé porque hubo escuchas telefónicas. Lo conocían porque era del barrio”, afirmó el padre de la nena.

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La Cámara Gessel dio positivo, el legista había constatado las lesiones. Era todo verídico lo que decía mi hija, no era un invento. Una nena de cuatro años no va a inventar algo así”, remarcó el padre.

Si bien el docente fue detenido, la Cámara de Apelación dictó una exención de prisión y hoy espera en libertad el juicio oral por la causa de la hija de Lozano, por la cual está procesado. En paralelo a esto, también tiene un procesamiento por otra causa que involucra a tres niños y niñas de la otra escuela donde trabajaba. Las madres de otras tres nenas apelaron y tiene cita con el juzgado para ir a la apelación.

En total, los casos de las víctimas que llegaron a la Justicia son siete. Sin embargo, también hay otros nenes y nenas de jardín de infantes que “ya apelaron pero no pudieron contar nada en la Cámara Gesell”, y afirma que hay incluso más padres y madres que “han denunciado pero por la salud mental de sus hijos no siguieron con esto, porque era muy traumático”.

La pesadilla de la familia Lozano, sin embargo, continúa. En mayo, el sobrino del padre denunciante le contó que vio al docente en el torneo intercolegial. Aunque primero no prestaron mucha atención a esto, el nene dijo que volvió a verlo hace poco y fue entonces que Lozano decidió ir al club Nueva Generación, donde se juega el torneo, para verlo con sus propios ojos.

Allí pudo comprobar que Góngora se encuentra trabajando con menores de edad de quinto grado. Además, el docente denunciado por abusador no sólo estuvo en el mismo lugar que su sobrino sino de su propio hijo, que va al mismo colegio. Ambos tienen 10 años.

“El viernes mi hijo tenía que ir al torneo. Yo fui al lugar y lo vi con mis propios ojos, estaba dando la clase. Estaba entre todos los chicos, más de 150 chicos de quinto grado, con otros profesores. Si dicen que puede seguir trabajando, que lo pongan en una oficina, no con chicos, hasta que se esclarezca todo”, reclamó.

Por su parte, las autoridades del Gobierno de la Ciudad y del Ministerio de Educación porteño se mantuvieron en silencio. “Desde que pasó esto, nunca me llamó nadie. La nena está bajo tratamiento psicológico, cambió mucho su forma de ser. No volvió a ser la misma que era antes”, lamentó Lozano.

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