La legisladora y precandidata a gobernadora bonaerense del Frente Renovador, Mónica López, ratificó su postulación pero advirtió a su jefe político que "esto no es el amor eterno del matrimonio. Esto es política y está rodeada de intereses".
López competirá en la interna con Felipe Sóla, Darío Giustozzi y Francisco De Narváez, con quien se cruzó públicamente hace una semana. Consultada sobre la posibilidad de bajarse de su candidatura, a pedido de Sergio Massa, respondió: "No he hablado absolutamente nada estos días con Sergio".
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"Si yo me corro y me bajo, me voy con todo lo que puse", señaló López, precisando que junto a su esposo, el dirigente petrolero y diputado nacional Alberto Roberti, aportaron "135 compañeros que van a defender la bandera de Massa presidente, 38.000 fiscales en la provincia de Buenos Aires para defender esos votos, candidatos a intendentes, como Carlos Arroyo en Mar del Plata, y compañeros en todas las secciones electorales.
López recordó que con Massa "hemos sembrado muchísima confianza y lealtad entre nosotros como para que me mande a decir por los diarios lo que tengo que hacer. Me parece que dejaría de ser serio".
Resaltó que "lo peor que le puede pasar a Massa es ponerse a descontar candidatos porque muchos van a quedar dolidos y después van a tomar decisiones de irse para un lado o para el otro".
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