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Es que desde que se abrió la causa, que ya tiene como imputada a Gabriela Michetti, todas las pruebas que se fueron recolectando comprometieron cada vez más a la vicepresidenta, y además y por mérito propio, a su Fundación, al punto tal que del total del dinero robado, aún no se aportó ningún documento que corrobore el relato de la involucrada.
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Al día siguiente del triunfo electoral, Michetti denunció ante la Policía Metropolitana que le robaron unos $200.000 que se encontraban en efectivo dentro de una bolsa en su departamento, otros $40.000 que eran para refacciones de la casa, unos $5.000 que se encontraban en su mesa de luz, y unos USD50.000, que estaban en otra bolsa dentro del placard.
Para justificar el origen de cada uno de los montos, la vicepresidenta solicitó al juez la declaración de 22 testigos, sin embargo, ninguno de ellos pudo aportar elementos de prueba sólidos a la causa. El Destape realizó un repaso de las explicaciones que intentaron de cada una de las bolsas presuntamente robadas:
-$191.500, las generosas donaciones a SUMA: el juez Ariel Lijo ya cuenta con la declaración de unos 18 presuntos aportantes "informales" que recolectaron en el propio despacho del Senado, según relató Santiago Riobó, uno de los involucrados, en una gran bolsa que particularmente, terminó en la casa de la vice aquel domingo 22 de noviembre y no en la Fundación, que queda a una cuadra de su oficina en la Cámara Alta.
-$191.500, las generosas donaciones a SUMA: el juez Ariel Lijo ya cuenta con la declaración de unos 18 presuntos aportantes "informales" que recolectaron en el propio despacho del Senado, según relató Santiago Riobó, uno de los involucrados, en una gran bolsa que particularmente, terminó en la casa de la vice aquel domingo 22 de noviembre y no en la Fundación, que queda a una cuadra de su oficina en la Cámara Alta.
Todos ellos confirmaron haber aportado entre $2.500 y $10.000, sin embargo, cuando fueron consultados por el recibo formal que les debió haber otorgado la Fundación, aseguraron que, por distintas razones, no se les confeccionó documento alguno. "Me lo habían prometido pero después con el robo no me lo dieron", "Se iba a confeccionar una vez que ingresara el dinero a la Fundación y finalmente no pasó" y "cuando Gabriela entregara el dinero a la Fundación se iban a confeccionar los recibos correspondientes", son algunas de las versiones que se repitieron en las declaraciones a lo largo de los últimos meses.
Además, ninguno de ellos tampoco pudo constatar la fecha exacta de su aporte, así como tampoco confirmar que haya realizado una extracción en particular del banco, sino que en los 18 casos se trató de "efectivo" que tenían en sus domicilios, o de "diferentes extracciones" que fueron realizando en ese lapso, por lo que tampoco existe un documento que acredite que ellos entregaron el dinero en cuestión.
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-USD50.000, el préstamo de su pareja: Según la explicación de la defensa de Gabriela Michetti, los cincuenta mil dólares físicos que se encontraban dentro de su domicilio aquel 22 de noviembre correspondían a un préstamo que su pareja, Juan Tonelli Banfi, le había entregado en un gesto de amor único: según relató Michetti, Banfi le dejó el dinero en efectivo en la casa y se lo puso sobre la cama a Lautaro Cura, hijo de la vice, para demostrarle que podían pagarle una maestría en el exterior, algo que finalmente no se cumplió.
Para corroborar ello, fueron hasta el juzgado Marcelo Domínguez y Darío Brandi , contadores de Michetti y su pareja. El primero de ellos aseguró: "No sé si la deuda (los 50.000 dólares) fue documentada" y, como si fuera poco, ante sede judicial, agregó: "Yo acredité la deuda pero fue básicamente en base a lo que Gabriela me decía".
Por su parte, al ser consultado sobre la confección de un documentado donde quede acreditado el préstamo, Brandi, contador de Juan Tonelli Banfi, explicó: "Yo no presencié el acto de entrega del dinero, lo que sé es el monto declarado", por lo que confirmaron que no existió siquiera un mutuo en donde se establecen los plazos de devolución, las cuotas y el interés del mismo, algo que AFIP exige para los préstamos entre particulares.
-$40.000, las refacciones en la casa: Por último, Eduardo Raposo, amigo personal, vecino y arquitecto a cargo de la obra que se realizaba en la casa de Gabriela Michetti, fue otro de los actores que tampoco pudo aportar documentación a la causa. "En esta obra creo que cobré $15.000. El pago fue en efectivo y no le hice ningún recibo, hay ese nivel de confianza", explicó ante el juzgado Domínguez, dejando en claro que la regularidad con la que la vicepresidenta maneja sumas de dinero en efectivo.
Pero eso no fue todo, al solicitarle las facturas y documentos que acrediten que la obra efectivamente se llevaba a cabo en el domicilio y luego que él mismo la tasara en unos "$100.000 o $150.000", el contador respondió: "Tendría que ver si me quedó algunos de los papeles, muchos los termino tirando para no acumular".