El presidente Mauricio Macri interrumpió durante 20 minutos sus vacaciones para trasladarse en helicóptero desde Villa La Angostura (Neuquén) hasta San Carlos de Bariloche (Río Negro), donde “inauguró” una obra que, en realidad, aún no está terminada y no tiene fecha de finalización.
Fue el 3 de enero y se trata del empalme del Gasoducto Cordillerano que, una vez concluido, permitirá dotar de mayor fluido de gas a la ciudad de Bariloche, que hoy sufre un serio déficit energético.
De hecho, hay unas 14 mil conexiones pendientes a la espera de la finalización de la obra que, desde la Provincia de Chubut, aumentará la provisión de gas en la localidad y otras de la región.
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A pesar de que el caño que llega a la zona desde el sur y servirá para empalmar con el gasoducto actual aún no está conectado, Macri y el Gobernador Alberto Weretilneck aseguraron que habían “inaugurado la ampliación del Gasoducto Cordillerano” y prendieron una antorcha, supuestamente alimentada por el “nuevo gas”. Pero en realidad, hasta el momento Bariloche sigue recibiendo el mismo fluido de siempre.
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La situación fue denunciada por el legislador provincial de Frente para la Victoria, Alejandro Ramos Mejía, quien fotografió la punta de los caños del Gasoducto, muy lejos del lugar del empalme.
Para finalizar los trabajos, será necesario una compleja obra: pasar la cañería por debajo del río Ñirihuau, y atravesar con posterioridad una estancia, cuyos propietarios aún no habrían acordado los términos de la servidumbre de paso. Es decir, que Bariloche aún no tiene asegurado el refuerzo de gas para el próximo invierno.
Ramos Mejía en diálogo con El Destape dijo que “se trata de una nueva mentira del Gobierno nacional de Cambiemos, que en tres años no pudo terminar con el 8 por ciento que le falta al Gasoducto Cordillerano”. Es que la obra, en realidad, se encontraba con un grado de avance superior al 90 por ciento al 10 de diciembre de 2015, cuando asumió Mauricio Macri.
El legislador provincial del Frente para la Victoria cuestionó que “con recursos públicos y con márketing de campaña, Macri y Weretilneck se ríen en la cara de los barilochenses que esperan contar con gas natural”.
Durante el acto, el Presidente arriesgó que “la ampliación del gasoducto se había prometido en 2013 y luego otra extensión en 2015”, dato que no es real, según Ramos Mejía.
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Además, Macri planteó: “Cuando llegamos al Gobierno no había un solo metro de caño construido”, y planteó: “Realmente entendimos la importancia de que esta obra se haga y la pusimos en marcha. Entonces pasó de ser una muestra más de la resignación y el abandono a un símbolo de la esperanza de una Argentina que empieza a levantarse”, resaltó.
Para el legislador que realizó la denuncia “debería darle vergüenza a Macri y Weretilneck, que son socios políticos en Río Negro, inaugurar una obra que aún no está terminada”.
En las últimas semanas, la empresa distribuidora local de gas, Camuzzi, realizó algunas conexiones domiciliarias que estaban pendientes, y ese hecho fue presentado por los Gobiernos nacional y provincial como la muestra de la finalización de la obra. Sin embargo, la provisión de gas de dichas conexiones sigue realizándose con el habitual fluido de la ciudad, y fueron posibles por la menor demanda de gas de la época estival.
Es decir que si la obra no se concluye para el invierno, Bariloche podría sufrir una grave crisis en materia de suministro de gas, y en la retina de los vecinos quedará la foto de la antorcha encendida con Macri y Weretilneck festejando.
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