El mismo gobierno que responsabiliza exclusivamente a la emisión monetaria por la inflación terminará sus funciones con un incremento del 20% de la base monetaria. El Banco Central había implementado un programa de contracción monetaria, pero las últimas decisiones del presidente de la entidad, Guido Sandleris, fueron en la línea opuesta. En el último mes, el “cepo cambiario” y la apremiante necesidad de fondos del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza para maquillar el déficit fiscal hasta el 10 de diciembre determinaron este punto de inflexión en esta política económica.
La expansión de los billetes y monedas en circulación será cercana al 19,9% en noviembre, de acuerdo a los datos provisorios que maneja la consultora PxQ. De esta manera, se consolidó como el mes de mayor incremento de la base monetaria. Esto está explicado por la compra de dólares en el mercado secundario, el desarme de Leliq y pases en manos de los bancos, además del financiamiento del BCRA al Tesoro Nacional.
El control de cambios lanzado el 28 de octubre posibilitó que el Central compre reservas netas por U$S 2.427 millones en noviembre, lo cual expandió la base monetaria en $ 138.569 millones. Entre las PASO y las elecciones generales, la autoridad monetaria se había desprendido de U$S 7.456 millones para intentar contener la devaluación.
En noviembre, las reservas mejoraron en U$S 508 millones, después de tres meses seguidos de una caída acumulada de U$S 24.639 millones. “De continuar el esquema cambiario y el superávit comercial, es de esperar que el BCRA pueda seguir comprando divisas. La contracara de esta acumulación de divisas será un efecto expansivo sobre la base”, adelantó el informe.
En segundo lugar, Sandleris dio marcha atrás en el polémico permiso que les había entregado a los bancos en marzo para que compren Leliq con encajes de depósitos a la vista. Esto, sumado a la reducción de cinco puntos del piso de la tasa de interés de referencia al 63% tuvo como consecuencia una reducción del stock de Letras de Liquidez en manos de las entidades bancarias.
Por último, ante la evidente escasez de fondos del Tesoro y la imposibilidad de endeudarse aún más, el Gobierno recurrió al financiamiento del BCRA a través de adelantos transitorios. De hecho, el 21 de noviembre emitió $20.000 millones.
De acuerdo al reporte de la consultora de Emmanuel Álvarez Agis, el margen de Alberto Fernández para expandir la base monetaria sin generar un impacto sobre los precios de la economía dependerá de la negociación de la deuda y la dinámica inflacionaria de los próximos meses. “Si se complican las negociaciones con los acreedores y la dinámica inflacionaria se espiraliza, la tensión en el mercado cambiario con los controles actuales podría derivar en un aumento de la brecha con los tipos de cambio paralelos”, advirtió el ex viceministro de Economía.
La economía real no se encuentra aislada del contado con liquidación ni del dólar blue, por lo que, el economista precisió que “la posibilidad de que se reactive la actividad dependerá en gran medida de cómo se den estas interacciones en el ámbito monetario, financiero y cambiario”.
Cambiemos se aferró al manual de que la contracción monetaria derivaría en una reducción del alza de precios, pero la aceleración de la inflación le demostró a la ortodoxia económica una vez más su equivocación. De hecho, los aumentos cerrarán este año en torno al 60%.