En los últimos días quedó demostrado el valor de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) cuando un grupo de nenas de 9 años se animaron a denunciar los abusos sexuales a los que las sometía un docente gracias a una clase en la que les explicaron cuáles son sus partes íntimas y que nadie más puede tocar sin su consentimiento.
Aún así, hay una gran cantidad de detractores de este programa educativo que está vigente desde el 2009. El periodista Mariano Obarrio, ferviente militante en contra del aborto legal, sostuvo que, de hecho la ESI es la culpable de que exista el acoso callejero.
“El acoso callejero es el efecto de años de educación sexual con ideología de género e incitación a los niños a vivir experiencias placenteras sin respeto ni responsabilidad. La sexualizacion temprana devalúa el sexo y lo convierte en herramienta para servirse del otro/a con violencia”, escribió Obarrio en su cuenta de Twitter.
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El comentario vino a colación de una campaña lanzada por el gobierno de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires, que pusieron a disposición una línea para hacer denuncias bajo el slogan “Ni loca, ni perseguida, ni histérica. El acoso callejero existe”.
Lo que el militante “provida” no tuvo en cuenta, sin embargo, es que la ESI sólo se dicta en las escuelas desde hace sólo nueve años, como ya fue mencionado, y ni siquiera se cumple en todos los establecimientos educativos. El acoso, sin embargo, sucede desde mucho antes.
Tal como muchas mujeres se encargaron de dejarle en claro, el acoso y abuso callejero existe desde hace décadas, cuando todavía ni se pensaba en la sanción de la ley 26.150, y por parte de hombres mucho mayores a los niños que desde el 2009 reciben contenidos de ESI.
Así, queda en evidencia que la existencia de la ESI no guarda relación alguna con este fenómeno machista que suele darse en transportes públicos y calles de todo el país. De hecho, el efecto que pretende conseguir el programa educativo es el contrario: algunos de sus objetivos son “promover actitudes responsables ante la sexualidad” y “procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres”.
Luego, Obarrio borró el tuit, aunque las respuestas quedan.
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