María Eugenia Vidal le entrega el control de Edenor y Edesur a Horacio Rodríguez Larreta

Antes de terminar su mandato, la gobernadora bonaerense apura la creación del Entre Metropolitano Regulador del Servicio Eléctrico (EMSE) para otorgarle la presidencia a la Ciudad de Buenos Aires y beneficiar a las empresas.

02 de octubre, 2019 | 20.05

En una nueva maniobra antes de entregar el poder, la gobernadora María Eugenia Vidal y el presidente Mauricio Macri apuran la implementación del traspaso de las distribuidoras de electricidad, Edenor y Edesur, de la órbita nacional a la provincial y de la Ciudad. La mandataria firmó anoche el decreto que aprueba la transferencia de las empresas. En ese texto, publicado hoy en el boletín oficial bonaerense, se resuelve derogar un decreto anterior para evitar que deba ser ratificado por la legislatura. Sorteado ese obstáculo, Vidal avanza con la creación del Ente Metropolitano Regulador del Servicio Eléctrico (EMSE), entregándole su control a la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de una jugada que recorta la capacidad de acción -en un sector sumamente sensible- de quien seguramente se convierta en el próximo gobernador, Axel Kicillof. A su vez, le garantiza el poder en el área al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien tiene chances reales de continuar un nuevo mandato y, finalmente, posibilita formalizar la condonación de una deuda multimillonaria a las empresas antes de que llegue un nuevo Gobierno nacional. 

A diferencia de Rodríguez Larreta, Vidal no cuenta con el tiempo ni con la fuerza política suficiente para aprobar en la Legislatura las tres actas que instrumentan el traspaso de Edenor y Edesur a la órbita bonaerense. Desde la oposición advierten que el decreto publicado hoy en verdad tiene como único objetivo derogar uno previo, de julio de este año (que nunca fue publicado en el Boletín Oficial), en el que la propia Vidal reconocía en su artículo 8 que para concretar la transferencia necesitaba "dar cuenta a la Honorable Legislatura de la provincia de Buenos Aires para su correspondiente ratificación legislativa".

Con mayoría en la legislatura de la Ciudad, Cambiemos sí logró aprobar por medio de un proyecto de ley los instrumentos necesarios para llevar adelante el traspaso. Allí se establece la constitución del EMSE como un "ente autárquico que goza de autarquía económica financiera, con personalidad jurídica propia e independencia funcional y con plena capacidad jurídica". Es un ente bipartito, del que no forma parte el Ejecutivo Nacional ni cuenta con una alzada administrativa para recurrir en caso de conflicto.

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La norma aprobada por la legislatura porteña y por el decreto de Vidal se establece que el EMSE "será dirigido y administrado por un Directorio integrado por seis miembros, de entre los cuales deberá designarse un Presidente, un Vicepresidente y cuatro vocales, y cuyos mandatos tendrán una duración de tres años". En su artículo octavo, se le cede la presidencia a la Ciudad durante el primer período de tres años. Quien presida el directorio ejercerá la representación legal del ente. "Le están dando a la Ciudad de Buenos Aires el control del ente regulador de la distribución eléctrica del 40 por ciento del país", alerta un dirigente de la oposición bonaerense al tanto del proceso. 

Si bien las autoridades que se designen en representación de cada jurisdicción pueden modificarse con la llegada del nuevo gobierno, no ocurriría lo mismo con la estructura y los cargos gerenciales. De hecho, fuentes de la provincia reconocieron que Lucas Malbrán, ex titular del disuelto Organismo de Control de Aguas de la Provincia de Buenos Aires, ya está armando los equipos técnicos para desempeñarse como gerente general. "Lo están haciendo a imagen, semejanza y antojo de la Ciudad de Buenos Aires", insisten. En concreto, el apuro estaría relacionado con evitar que Rodríguez Larreta tenga que sentarse a negociar con Kicillof en un eventual gobierno del candidato del Frente de Todos.

A todo ésto, las luces de alerta tienen además otros motivos: el macrismo ha colocado sistemáticamente en lugares clave de los organismos de control a directivos de las empresas que luego deben controlar. El caso más paradigmático es el del ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, CEO de la petrolera Shell hasta su salto a la función pública.

El último punto conflictivo de todo este proceso es el acuerdo para la condonación de deudas por unos 7 mil millones de pesos que las eléctricas tienen con el Estado Nacional y que Mauricio Macri está dispuesto a concretar con la sola promesa de realizar inversiones en el sector. Lo cierto es que ambas compañías han logrado ganancias récord durante la gestión macrista y si el traspaso del servicio a la Ciudad y la Provincia no se perfecciona antes del cambio de Gobierno, es probable que deban sentarse a negociar con Alberto Fernández en condiciones mucho menos favorables. Un detalle no menor: Nicolás Caputo, calificado como "hermano del alma" por Macri, es accionista de ENEL, la sociedad propietaria de Edesur. 

Tal como publicó El Destape, tanto Edesur como Edenor acordaron con Macri que el tarifazo previsto para este año sea postergado hasta 2020, por lo que el costo político de aumentar el precio de los servicios recaerá en su eventual sucesor.