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Sin embargo, al hablar por el canal América TV "es la segunda falta igual" que termina en expulsión, al compararla con el partido en San Juan que terminó en fractura de Bueno.
"No podes salir de esa manera a achicar, no es cuestión de llevarte al jugador por delante", cuestionó Macri al arquero, que lleva tres expulsiones en el campeonato.
Por otro lado, en una nueva vuelta de tuerca para tratar de dejar atrás la polémica en la que quedó embretado, el jefe de Gobierno porteño prometió también terminar con la violencia en el fútbol y que las canchas serán como "un teatro" sin afectar a los vecinos de los barrios, llave con la que abrió la posibilidad de que San Lorenzo vuelva a Boedo.
"Con nosotros, cuando se cambie la forma de hacer política, no va a haber vínculos entre la barra y la política, se acaba la violencia y vamos volver a la cancha sin ningún tipo de miedo, por mas que la gente sigue yendo por la pasión", dijo Macri.
Y enfatizó que ir a la cancha "no va a ser una prueba de coraje y un estadio en un barrio no va a ser un problema, va a ser como un teatro", poniendo como espejo el Santiago Bernabeu en plena Madrid.
"Tengo un compromiso a partir del 10 de diciembre de recuperar para la gente, para evitar la violencia y las barras y lograr que la gente pueda volver a la cancha en familia todos mezclados sin operativos policial y lo vamos a lograr", agregó Macri en plena campaña proselitista.
El líder del PRO se había metido en un berenjenal cuando en un diálogo con vecinos dijo que San Lorenzo tenía "menos del uno por ciento de posibilidades" y hasta "bajo cero" de volver a erigir su estadio en Boedo, lo cual disparó una polémica de altura en plena campaña.
La primera reacción de Macri alumbró minutos después de que el influyente conductor televisivo y vicepresidente de San Lorenzo, Marcelo Tinelli, sorteó la sinuosidad de la polémica para asegurar que "la vuelta a Boedo es total".
Macri, por la misma vía de Twitter el domingo, dijo que siempre apoyó el proyecto de San Lorenzo de volver a instalarse en el lugar del mítico Viejo Gasómetro sobre la avenida La Plata.
Ante la pregunta sobre cuál era la realidad si la que le dijo al chico en la charla con los vecinos o el contundente voto de la Legislatura que le abrió la puerta al club de volver a Boedo, Macri intentó salir rápido de aguas turbulentas.
"A San Lorenzo hay que decirle la verdad. Están las aprobaciones pero el barrio tiene su opinión y eso es lo que hay que compatibilizar", dijo.
Para ello comparó las voluntades y decisiones políticas en torno a la construcción de pasos bajo nivel y la oposición de vecinos que consiguieron amparos judiciales.
"Todo lo que estuvo a mi alcance (en torno a San Lorenzo lo apoyé. El pibe me pregunta cómo lo ve, fácil no es, pero insisto en que (el objetivo) es volver a que el fútbol no esté ligado a la violencia", concluyó Macri.
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