"Con este nivel de salarios, Argentina es inviable: sólo vamos a comenzar a crecer bajándolos al menos un 40 %. Y la única forma de negociar una baja real con estos sindicatos es llegar a un desempleo superior al 15%".
La frase pertenece a Carlos Melconian, el verdadero ministro de Economía de Mauricio Macri, y se la dijo al presidente el 24 de noviembre, dos días después del triunfo del PRO, delante de dos miembros del equipo económico.
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En pocas semanas el Gobierno avanzó en esa dirección con varias medidas:
1- Lanzó un plan de despidos masivos de trabajadores estatales en todo el país, que contempla cargarse 200 mil empleos en dos meses, entre puestos nacionales, provinciales y municipales.
2- Ordenó al Ministerio de Trabajo mantener una actitud pasiva ante despidos privados. Hasta ahora, la cartera laboral intervenía de oficio ante la menor amenaza de pérdida de empleos.
3- Abrió el grifo de las importaciones en áreas sensibles de la economía, como textiles, indumentaria y calzado, que pueden perder decenas de miles de puestos en poco tiempo.
4- Suspendió obras de infraestructura que, según empresarios del sector de la construcción, dejarán en la calle a 150 mil trabajadores.
5- La suba del precio de los alimentos y la eliminación de los subsidios a los servicios públicos generarán, según los principales consultores, una caída del consumo en 2016 cercana al 3,5%. Con ese derrape se perderán otros 250 mil empleos.
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En menos de un mes se despidieron 2.000 trabajadores del Senado Nacional, 480 del AFSCA, 600 del Centro Cultural Néstor Kirchner, 330 del Banco Nación, 4.500 de la Municipalidad de La Plata, 750 del municipio de Quilmes y 330 trabajadores de Vialidad Nacional, por citar algunos casos. Los despidos no guardan relación con la capacidad laboral del trabajador, ya que no hubo tiempo de evaluarlos. En todos los casos incluyen empleos con hasta 15 años de antigüedad, personas de más de 40 años y hasta embarazadas.
El secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, dijo a este portal que "hay una persecución que sufre el empleado público que se repite en todas las dependencias del Estado, con trabajadores que incluso exceden en su antigüedad los mandatos del Gobierno anterior. Gente con 5, 10 y 15 años de antigüedad" agregó. Lo mismo, denunció, ocurre en jefatura de Gabinete y Presidencia de la Nación.
Los funcionarios del PRO son orgánicos: la orden de Melconian la cumplen desde Jefatura de Gabinete hasta intendentes del sur del país. En la última semana se dispararon los pedidos de productos importados de las cadenas de supermercados, que fueron rápidamente girados por licencias automáticas. Así se esperan conseguir despidos masivos en el sector indumentaria, en el de calzado y textil.
Melconian afirma que "el mercado de trabajo es una bolsa en la que entran todos; da lo mismo echar un empleado público que uno de calzado: luego todos pulsearán por conseguir un mismo empleo y presionarán los salarios a la baja".