Mauricio Macri realizó una audaz jugada para que la deuda que el Grupo Macri tiene con el Estado por el caso del Correo Argentino no avance. En el marco de designaciones de parientes y amigos en el poder, el Presidente decidió concederle un favor a la jueza que debe investigarlo.
Según publicó el periodista Ari Lijalad en el portal Nuestras Voces, el primer mandatario, junto con el ministro de Justicia, Germán Garavano, impulsan el nombramiento de Agustina Díaz Cordero, la hija de la jueza Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero, camarista de la Sala que tiene en sus manos la causa del Correo Argentino.
A partir de la jugada del Gobierno, Agustina, que quedó en el puesto 17° en el concurso para jueza Civil, fue incluida por el Presidente en la terna para que el Senado la nombre. Su pliego fue enviado el 1 de noviembre con el fin de que sea designada al frente del Juzgado Nacional de 1ra Instancia en la Civil N° 23 de Capital Federal.
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A pesar de haber obtenido un mal resultado, la hija de la jueza fue incluida en la primera terna de postulantes para el puesto junto a quien sacó el mejor puntaje, Eduardo Guillermo Róveda, y el puesto 9, Roberto Malizia. Pese a ser la peor calificada de los tres, el Gobierno envió su nombre al Senado.
La demora de Díaz Cordero en el tratamiento de la causa del Correo fue señalada por la fiscal Gabriela Boquin y por el ex Procurador del Tesoro Carlos Balbín. Además, como informa Lijalad, la magistrada preside la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, una de las varias asociaciones civiles que nuclean miembros del poder judicial, una organización conservador, de férrea oposición al kirchnerismo.
Para colmo, la jurado en el concurso de Agustina es la camarista Graciela Medina, integrante de la Sala III de la Cámara en lo Civil y Comercial Federa, casada con Julio César Rivera, uno de los cómplices del vaciamiento del Correo Argentino.